Tras curarse de la COVID-19, hay pacientes que vuelven a dar positivo en la prueba PCR. Algunos investigadores apuntan a que el virus podría haber perdido su capacidad de infección y que la prueba detecte solo restos de su material genético, pero otros se inclinan más por falsos positivos previos o una baja presencia de anticuerpos.
El pico de la pandemia ha pasado, pero el personal de los hospitales, como este intensivista, teme que la población corra riesgos y se produzca una segunda oleada. “La única manera que tuvimos muchos de nosotros de descansar fue caer infectados”, afirma. El libro que acaba de publicar narra la angustia vivida en una UCI madrileña.
Mientras la comunidad científica busca una vacuna y un tratamiento efectivo, otros se aprovechan del miedo de los pacientes para lucrarse. Terapias fraudulentas con células madre, MMS o falsos remedios para fortalecer al sistema inmunitario conviven en un entorno donde abundan las desinformaciones.
La pandemia ha multiplicado las consultas médicas telefónicas, especialmente, las relacionadas con la COVID-19. En un sistema de salud público descentralizado como el español, la expansión de estas tecnologías sigue siendo un reto pendiente.
Un virus mantiene en vilo al mundo, incluida la comunidad aeroespacial. Proyectos que llevan años de trabajo podrían retrasarse por las medidas de confinamiento. Algunas misiones han entrado en hibernación pero otras como Bepicolombo, Mars 2020 o el lanzamiento de la nueva tripulación a la Estación Espacial Internacional mantienen sus planes.
Junto a epidemiólogos, matemáticos o informáticos que analizan sin descanso el movimiento del coronavirus, otros expertos empujan para evitar que se expanda. Son los antropólogos, psicólogos o sociólogos, cuyo trabajo no ocupa titulares pero ha sido clave para frenar epidemias tan devastadoras como la del ébola.
Identificar al primer paciente que contrajo la enfermedad producida por el coronavirus SARS-CoV-2 en China es fundamental para averiguar su origen. También se está haciendo en otros países, una tarea en la que los epidemiólogos se convierten en verdaderos detectives. Los expertos recalcan la importancia de preservar la identidad de estas personas para evitar que se les culpabilice.
El personal sanitario es la punta de lanza en la epidemia del coronavirus. Junto a los médicos, las enfermeras observan los síntomas de los pacientes y hacen seguimiento de los casos. Contar con los materiales de prevención en todo momento y tratar de conciliar en un ambiente de presión, trabajando en primera línea, son sus dos grandes retos en esta crisis.
El cierre de centros educativos en varias ciudades españolas como medida de prevención frente al COVID-19 está suponiendo todo un reto para las familias. La socióloga recalca que medidas como el teletrabajo son un parche y que, por ahora, no hay una solución prevista para gestionar esta nueva situación.
En España el 9 % de los nacimientos se producen por reproducción asistida. El anonimato de los donantes de óvulos, espermatozoides o embriones está protegido por ley, algo que propone cambiar el Comité de Bioética de España, al entender que prevalece el derecho del menor a conocer sus orígenes biológicos. Este cambio disminuiría el número de donaciones.