Hace más de 22 siglos los matemáticos griegos calcularon el radio de la Tierra y la distancia al Sol. Ahora estudiantes de ESO y Bachillerato han seguido sus pasos y, con la ayuda de sus profesores y las nuevas tecnologías, han llegado más allá, descubriendo asteroides y estrellas variables.
La NASA ha lanzado este miércoles la misión DART de defensa planetaria, diseñada para chocar contra el asteroide Dimorphos en 2022 y comprobar cuánto se desvía de su compañero Didymos. Ninguno de estos dos objetos supone una amenaza para la Tierra, pero la experiencia servirá por si hubiera que defenderse de otros en el futuro.
La misión Solar Orbiter de la Agencia Espacial Europea realiza esta semana una maniobra de asistencia gravitatoria en nuestro planeta de camino hacia su objetivo final, el Sol. Durante esta etapa la nave cruzará dos nubes de basura espacial en uno de los sobrevuelos “más arriesgados hasta ahora para una misión científica”.
Investigadores del Centro de Astrobiología y la Universidad Católica del Norte (Chile) han aplicado una potente plataforma multianalítica para detectar restos de vida en carbonatos marinos de hace más de 200 millones de años. El estudio se ha realizado en el desierto chileno de Atacama como entrenamiento para futuras misiones astrobiológicas fuera de la Tierra.
Dentro del equipo de la NASA que trabaja con el rover Perseverance figura un numeroso grupo de técnicos y científicos hispanos. Para llegar hasta donde están han tenido que ponerle tesón y resistencia a la frustración, una actitud que recomiendan a las nuevas generaciones.
Más allá de la Vía Láctea se han detectado agujeros negros mediante ondas gravitacionales o por sus emisiones de rayos X, pero ahora un equipo de astrónomos lo ha logrado observando cómo afecta al movimiento de una estrella vecina. Así se ha encontrado uno que estaba oculto en un cúmulo estelar de la Gran Nube de Magallanes.
Kamo`oalewa o 2016 HO3 es un cuasisatélite rocoso que acompaña a la Tierra en su movimiento alrededor del Sol. Investigadores de la Universidad de Arizona (EE UU) han descubierto que refleja la luz solar como los minerales que se encuentran en la Luna, por lo que podría ser un fragmento desprendido de nuestro satélite.
Aprovechando las jornadas de confinamiento por la covid-19, diez astrónomos amateurs instruidos por investigadores de la Universidad de Oviedo escudriñaron a ojo 20.427 curvas de luz captadas por el telescopio espacial Képler. Los resultados se van a publicar en una revista científica.
La colaboración LIGO-Virgo-KAGRA, en la que participa la Universidad de las Islas Baleares y otros centros españoles, ha detectado 35 nuevos eventos de ondas gravitacionales: 32 probablemente por fusiones de agujeros negros, dos por colisión entre estrellas de neutrones y agujeros negros, y finalmente uno más raro que intriga a los científicos.
Las distancias entre el Sol y los planetas que solemos ver en los libros no son proporcionales a las reales, y tampoco sus tamaños, pero en la comarca de Ciudad Rodrigo (Salamanca) han conseguido crear una réplica exacta a escala 1:290.000.000. Se acaban de instalar los dos últimos elementos: Júpiter y Saturno, de entre 40 y 50 cm, colocados a varios kilómetros de un Sol de casi 5 metros.