En un tarro encontrado en la tumba de Ptahmes, un alto funcionario que vivió en Egipto hace 3.200 años en la época del faraón Ramsés II, se han hallado restos de una masa blanquecina solidificada. Los científicos la han analizado y han descubierto que se trata de queso fabricado con leche de vaca y oveja o cabra. Además estaba contaminado con la bacteria de la brucelosis.
Después de la leche, el huevo es la segunda causa de alergia alimentaria en niños. Por el momento, la única solución es evitar su ingesta, pero las exposiciones y reacciones accidentales son inevitables. Un equipo de científicos de la Universidad Complutense de Madrid ha desarrollado un biosensor capaz de detectar este alimento, presente también en las industrias cosmética y farmacéutica, con una sensibilidad 610 veces superior a los métodos actuales.
Además de ser un conocido producto de limpieza, el amoniaco es esencial en la fabricación de fertilizantes que, a su vez, son necesarios para producir alimentos para el ganado y para toda la humanidad. El proceso químico para generar este compuesto nitrogenado apenas ha cambiado en 100 años y sigue siendo imprescindible para nuestra sociedad, aunque los científicos no saben cómo evitar sus consecuencias negativas sobre el medio ambiente.
Investigadores de la Universidad Jaume I de Castellón y la Universidad Pierre y Marie Curie de París han descrito una nueva metodología que, basándose en medidas físicas, permite la descripción de una reacción química a partir de las transferencias de electrones que forman los enlaces. De esta forma se pueden fundamentar las descripciones tradicionales de los mecanismos de las reacciones.
Investigadores de la Universidad de Jaén han diseñado un método más rápido y efectivo que los actuales para conocer si una persona ha consumido sustancias ilegales. Los resultados se obtienen de las muestras de orina en una sola jornada y tienen aplicación en diversos ámbitos: la práctica deportiva, los controles de tráfico y procesos judiciales donde se recurra a la química forense.
Investigadores del Instituto de Ciencia de los Materiales de Barcelona han desarrollado materiales nanoporosos flexibles que pueden pasar de una configuración tridimensional de otra bidimensional de forma reversible. Se pueden aplicar en la separación o absorción de gases, como catalizadores de reacciones químicas, en la encapsulación de fármacos y en la absorción de residuos.
Investigadores de las universidades de Barcelona y la Técnica de Viena han descubierto un efecto químico que aumenta la efectividad de los convertidores catalíticos de los automóviles. De esta forma se pueden reducir sus emisiones de monóxido de carbono.
Investigadores de la Universidad de Sevilla han conseguido elaborar mayonesas light con mayor viscosidad incorporando goma xantana mejorada, un estabilizador usado en la cocina que se obtiene de una bacteria. Para ello, han empleado una técnica de multicanales donde las gotas de este compuesto pasan por un conducto estrecho a una presión muy alta con el propósito de mejorar la durabilidad del producto.
Investigadores de la Universidad Jaume I y otros centros internacionales han desarrollado nuevos nanocompuestos con nanopartículas de plata y un semiconductor de wolframato, también con plata, que mejora 32 veces el rendimiento bactericida de los materiales empleados hasta ahora. El semiconductor atrae a las bacterias y las nanopartículas las neutralizan.
Investigadores del centro CiQUS, en Santiago de Compostela, han creado catalizadores de oro capaces de funcionar dentro de células vivas. Estas enzimas artificiales inducen reacciones químicas que no existen en la naturaleza.