Actualmente, existen 10.000 componentes con los que se pueden elaborar cosméticos. Para garantizar la seguridad de los consumidores, es imprescindible controlar dichos componentes. El investigador Josu López, de la Universidad del País Vasco, ha desarrollado tres métodos analíticos ‘verdes’ para analizar simultáneamente varios componentes utilizados en los cosméticos. En estos métodos, se consume muy poco disolvente y se produce muy poco residuo en comparación con otras técnicas analíticas.
En una situación de estrés biótico, como puede ser una infestación por insectos, o de estrés abiótico, como la exposición a metales o a altas temperaturas, las plantas son capaces de desencadenar mecanismos de defensa para evitar que los daños se extiendan. La Universidad de Córdoba ha publicado un estudio, en colaboración con el el Campus de Excelencia Internacional ceiA3, que determina la función de una enzima en la regulación del óxido nítrico, empleado por las plantas para frenar situaciones adversas como plagas o sequías.
Investigadores de la Universidad de Córdoba han usado por primera vez la hematita, un tipo de óxido de hierro, para eliminar otra clase de óxidos muy contaminantes: los de nitrógeno. Estos crean las 'boinas' parduzcas que cubren Madrid y otras grandes ciudades cuando hay tiempo estable y mucha contaminación.
Expertos de la Universidad de Sevilla han conseguido por primera vez compuestos estables uniendo un tipo de moléculas orgánicas, los terfenilos, a los metales molibdeno y wolframio. Los resultados aportan datos sobre enlaces y química básica, una disciplina esencial para el desarrollo de nuevos materiales y medicamentos.
Investigadores de la Universidad de Huelva, en colaboración con el Instituto Tecnológico de Ciudad Madero (México), han obtenido en laboratorio un material compuesto basado en la lignina, una sustancia de origen vegetal que se utiliza en la producción de papel.
Sensores nanométricos, inocuos y biocompatibles, desarrollados por investigadores de la Universidad de Córdoba, son capaces de detectar y cuantificar nanopartículas tóxicas presentes en los recusos naturales, como el agua, y en los organismos. También identifican estas partículas de tamaño nanométrico en productos de consumo, como los cosméticos.
Químicos de la Universidad del País Vasco han descrito, utilizando la secuenciación masiva de RNA, las consecuencias que la falta de proteínas específicas produce en el desarrollo de hongos filamentosos del genero Aspergillus. El trabajo es portada del último número de la revista Genetics, ilustrada por expertos en diseño y tatuajes.
Científicos de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) han determinado el mecanismo que conduce a la ruptura de las moléculas de agua tras su ionización. Este fenómeno se observó hace más de treinta años pero hasta ahora no se había explicado.
Científicos de Puerto Rico y Estados Unidos han descrito cómo los protones pueden pasar a través de una capa de grafeno a temperatura ambiente, algo que los modelos teóricos computacionales no preveían. Podría sentar las bases para mejorar la eficiencia de las pilas de combustible.
Los compuestos que surgen de la unión de la glucosamina, un tipo de azúcar, con nanopartículas conocidas como fulerenos, populares por su forma de balón de fútbol, ayudan a reducir el daño celular y la inflamación que se producen tras un ictus o accidente cerebrovascular. Lo ha comprobado en ratones un equipo del Instituto Max Planck en Alemania, que también espera que se pueda utilizar en humanos.