“La medicina del futuro dejará basarse en síntomas y será personalizada”

José Luis Jorcano es el director del departamento de Bioingeniería e Ingeniería Aeroespacial de la Universidad Carlos III de Madrid (UC3M). Doctor en Ciencias Físicas por la Universidad Complutense de Madrid (1976, cum laude) y jefe de la unidad de Biomedicina Epitelial del CIEMAT, ha desarrollado métodos de tratamiento de defectos cutáneos (grandes quemados, nevus gigantes, úlceras crónicas, etc) y de enfermedades genéticas de piel (epidermolisis ampollosas, conocidos como “niños mariposa”), que se encuentran en fase de ensayo clínico o ya en aplicación hospitalaria.

José Luis Jorcano
En la foto, José Luis Jorcano. Imagen: UC3M.

UNI-CIENCIA trata de acercar el trabajo del investigador de la universidad a la ciudadanía. ¿Qué puede aportar la universidad a la sociedad en este sentido?

En mi campo de trabajo, la biomedicina y bioingeniería, estamos asistiendo de manera acelerada a avances que afectan a nuestra salud y a nuestra economía de una manera notable. Como todo avance científico, estos no están exentos de riesgos que se derivarían de un mal uso de estas nuevas tecnologías. La sociedad debe estar adecuadamente informada para poder tener opinión y decidir con conocimiento de causa lo que será permitido o prohibido. Creo que la universidad debe de ser uno de los foros más importantes donde esta transmisión de información y contraste de pareceres debe de llevarse a cabo.

La mesa en la que participa gira en torno a la medicina del siglo XXI. ¿Qué percepción cree que tiene la sociedad sobre este horizonte?

Creo que, en general, la sociedad española está poco informada de los avances en este campo tan importante y de la posición que la ciencia española ocupa en él. Aunque las encuestas demuestran su gran interés por estos avances, la realidad es que los medios de información no les prestan la atención merecida. Creo que nuestra sociedad se debate entre temores infundados, debidos a la falta de información adecuada, y esperanzas desmesuradas sobre la capacidad curativa de la medicina del futuro. Aunque los avances están siendo muy importantes, la complejidad del funcionamiento de las células y los tejidos de nuestro organismo, y por la tanto de nuestras enfermedades, dificulta enormemente el trasladar los resultados prometedores de la investigación básica a medicamentos eficaces.

¿Hacia dónde cree que se dirige la medicina del futuro?

Creo que será cada vez más predictiva y más fundamentada en dignósticos y terapias basados en biomoléculas (genes, proteínas, etc). Por ello, dejará de estar basada en síntomas y será personalizada, es decir, cada paciente conocerá qué genes y mutaciones o variantes concretas de estos están presentes en “su” enfermedad y, de entre las posibles terapias existentes, cuál será la más eficaz y con menores efectos no deseados que se le debe aplicar.

¿Qué influencia tienen las nuevas tecnologías en la medicina?

La medicina siempre avanza apoyándose en nuevas tecnologías. En mi campo concreto, los avances más importantes vienen de la creciente capacidad que estamos desarrollando de secuenciar el genoma humano y de analizar el comportamiento de todos sus genes (y proteínas) tanto en situaciones normales como en enfermedades. En estos momentos, la secuenciación del genoma de una persona está a punto de costar tan solo 1.000 dólares, y se prevé que sea todavía más barato en un futuro no lejano.

¿Qué papel ocupa la bioingeniería en este contexto?

En este momento, la investigación biomédica empieza a plantearse de un modo genuinamente multidisciplinar: los nuevos centros de investigación integran médicos, biólogos, químicos, físicos, matemáticos y, de manera muy relevante, ingenieros. Dada la complejidad de los problemas a resolver, está claro que es necesario integrar las visiones y capacidades de todos estos grupos de “especialistas”. En concreto, la descripción existente de los problemas biomédicos es demasiado fenomenológica y ha llegado el momento de medir y modelizar los fenómenos. Y, por supuesto, hay que aprender a usar el conocimiento cada vez mayor que tenemos de estos fenómenos para desarrollar productos y procesos de utilidad social de manera más rápida y eficaz. Una buena parte de la economía basada en el conocimiento, hacia la que España tiene que tender de manera acelerada, pasa por aquí. De ahí la importancia de los bioingenieros, que son personas que ya han hecho parte de esta camino de integración, al tener una formación sólida tanto en ingeniería como en biomedicina. Esta es la formación que intentamos dar a nuestros alumnos en el grado de Ingeniería Biomédica en la UC3M. Sólidos estudios de mercado indican que la bioingeniería es una carrera con buenas perspectivas de empleo en los años venideros.

Ha desarrollado métodos de tratamiento de defectos cutáneos. ¿Cree que estamos cerca de obtener una piel artificial?

La piel que en estos momentos generamos en el laboratorio es de gran utilidad para tratar úlceras complejas (quemados extensos, úlceras crónicas y diabéticas, etc.) así como a pacientes de enfermedades cutáneas hereditarias (los conocidos como “niños mariposa”), pero todavía necesitamos mejorar su eficacia y sus efectos cosméticos. Nuestros desarrollos van en la dirección de la terapia celular, es decir, utilizar células y componentes del organismo para reparar estos defectos y enfermedades.

Fuente: UC3M
Derechos: Creative Commons
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