La tecnología musical es una materia poco reconocida en el ámbito científico, aunque existen varios trabajos que aúnan con éxito música y tecnología. SINC ha hablado con Xavier Serra, director del Grupo de Investigación de Tecnología Musical de la Universidad Pompeu Fabra (UPF), cuyo equipo ha logrado este año el reconocimiento de las prestigiosas “Advanced Grant” que otorga el Consejo Europeo de Investigación, por su proyecto CompMusic.
¿En qué consiste el proyecto que le ha valido este reconocimiento?
CompMusic es un proyecto de investigación para promover conceptos de multiculturalidad. Es decir, tiene en cuenta aproximaciones musicales no occidentales que no se han incluido en gran parte de la investigación sobre tecnologías de la información y, en especial, sobre las aplicadas a la música. La idea del proyecto es analizar problemas tecnológicos y científicos del ámbito de la música computacional y desarrollar modelos perceptuales, cognitivos, de usuario y de datos.
¿Y cómo se constituye este grupo de trabajo?
Esta pasada semana he estado fuera para crear el grupo de investigación en Estambul y en İzmir, para que trabajen en estos temas teniendo en cuenta sus peculiaridades culturales y musicales. Concretamente, la idea es trabajar con India, Turquía, China y los Países Árabes haciendo pequeños grupos de investigación en los propios países e involucrar a grupos de investigación inmersos en esta materia.
¿En qué trabajan actualmente?
Recopilamos datos e información textual alrededor de estas músicas, que después se pueden analizar computacionalmente. Las estudiamos desde diferentes perspectivas: más musicológicas y del ámbito de las humanidades, hasta perspectivas más técnicas de inteligencia artificial y de ciencias de la computación. El objetivo es extraer conocimiento para generar modelos que puedan resultar en aplicaciones concretas.
¿En qué consiste su sistema para identificar versiones?
Llevamos años haciendo investigación en lo que denominamos “caracterización de la música”. La idea es identificar la canción exacta para controlar, por ejemplo, derechos de autor. En la actualidad estamos desarrollando un sistema que detecte también si es una reinterpretación de la misma canción, con otro instrumento u otro cantante. La idea es encontrar cuáles son los aspectos musicales que permanecen y caracterizan una melodía, que normalmente son los acordes armónicos, para identificar si la secuencia es la misma.
¿Cree que debe cambiar el modelo de negocio de la industria musical?
Es absolutamente fundamental para su futuro que encontremos modelos de negocio y de explotación alternativos a los actuales. La fijación de mantener y preservar el modelo tradicional de derechos de autor, copyright y discográficas es agónico. Hay que buscar alternativas. Es duro, y la industria tiene que cambiar mucho, pero es necesario adecuarse a la realidad tecnológica, cultural y social.
¿Cómo piensa que será la música del futuro?
Con las tecnologías de la información se están enfatizando más unos tipos de música que otros. Si por ejemplo acudes a iTunes, encuentras más música occidental o comercial de los últimos 15 años que otro estilo que también se está escuchando. Si utilizamos las tecnologías como canal principal de acceso a la música, ésta prioriza unos tipos de música de forma inconsciente, como es la occidental, y cambiar este hecho en el futuro es parte del reto de este proyecto.
¿Cualquiera podrá componer una partitura sin conocimientos previos?
Crear música es más fácil si se tiene acceso a estas tecnologías. Antes requería conocer y estudiar un instrumento musical, tener una formación musical previa.
Entonces, ¿la formación tradicional de los Conservatorios se está adaptando?
Si, con más o menos éxito, pero la tecnología se ha incorporado de manera absoluta en cualquier ámbito. Por ejemplo, los compositores tradicionales pueden pensar que crean partituras tradicionales, pero lo hacen en un ordenador. Las grabaciones y la escucha de instrumentos también se realizan a través de sintetizadores. La tecnología cada vez está presente y es más relevante. Hay que enfatizar sus aspectos positivos.
Por último, ¿qué supone para su grupo y para usted el reconocimiento del ERC?
Muchísimo, por varias razones. Quizá la principal, aparte de disponer de sus recursos, es ser el primer proyecto reconocido en este ámbito. Esta área de investigación no ha estado demasiado reconocida internacionalmente. No son las líneas de estudio típicas en entornos europeos y mundiales y significa que se valora lo que podemos aportar a la comunidad científica.