Sydney Brenner, nacido en Sudáfrica hace 87 años, fue uno de los primeros científicos en ver el modelo original que Watson y Crick hicieron de la doble hélice de ADN. Desde entonces, el experto ha hecho muchos descubrimientos seminales en los campos del desarrollo, la genética y la biología molecular, un campo que él ayudó a crear. Recibió el premio Nobel en 2002 por establecer el gusano C. elegans como organismo modelo para estudiar el desarrollo, y por su descripción de la apoptosis o muerte celular programada. Brenner fue nombrado doctor honoris causa por la Universidad Pompeu Fabra el pasado abril.
¿Por qué se interesó por la biología?
Una vez me entrevistaron en Japón junto con un ingeniero y nos preguntaron cómo nos metimos en nuestros respectivos campos. Él dijo que cuando era pequeño solía deshacer las radios y luego construirlas de nuevo, y eso despertó su interés por la electrónica. Yo respondí que cuando era niño solía diseccionar ranas, pero que no era capaz de volver a componerlas... ¡así que decidí aprender cómo se forman los organismos!
¿Cuál ha sido el momento más satisfactorio de su carrera?
El momento más gratificante es cada descubrimiento, el momento en que eres la única persona que sabe algo nuevo.
¿Y el más difícil?
¡Los últimos 87 años! En serio, la investigación y la vida, son difíciles. Pero se puede superar. Solo hay que tener la capacidad para buscar una solución, una salida.
¿Algo de lo que se arrepiente?
¡Sí, convertirme en director de una institución! Ser director es como ser una ventana, las personas que están ‘arriba’ siempre se dirigen a ti para hablar con la gente de ‘abajo’, y tú no eres más que un intermediario. Esto es horrible. Lo mejor es poder trabajar en tus propias cosas...
¿Qué hace a un buen científico?
Se necesita tener dos personalidades diferentes. Por un lado hay que ser abierto, creativo, cuestionar constantemente las cosas y tener ideas. Pero también hay que ser capaz de hacer el trabajo, de ir en línea recta a través de paredes, si es necesario, para llegar allí donde quieres. Pocos científicos tienen ambas características.
¿Qué ha cambiado en la investigación en los últimos 50 años?
Como escribí en un obituario reciente de Fred Sanger, alguien como él (que recibió el premio Nobel dos veces) no habría sobrevivido en el entorno de la investigación actual, porque él no publicó mucho. Hoy en día se evalúa a los científicos a muy corto plazo y la lista de publicaciones es la cosa más importante que se mira, cosa que es terrible.
Otra gran diferencia es la financiación: las fuentes de financiación son cada vez más conservadoras, no quieren arriesgar nada, y eso quiere decir que las cosas nuevas en la ciencia están muriendo. Cuando mis compañeros y yo hicimos la mayoría de nuestros descubrimientos en Cambridge, Inglaterra, mucha gente pensaba que nuestras teorías eran una locura, pero tuvimos la suerte de contar con el apoyo del instituto en el que trabajábamos para demostrar que estaban equivocados.
¿Cuál debería ser el papel de la ciencia en la sociedad?
Los científicos sabemos cómo resolver problemas, a diferencia de los políticos. La ciencia es una actitud. Se trata de tomar decisiones basadas en la evidencia. Obviamente no todo el mundo puede aprender los detalles de la ciencia, pero creo que todo el mundo debería conocer el método científico.
¿Algún consejo para los jóvenes investigadores?
No me gusta dar consejos, pero me gustaría decirles: disfrutad de vuestra independencia como personas y tened confianza en vosotros mismos.