El organismo indica que dos grupos de enfermos podrían beneficiarse de un tratamiento que combina los fármacos casirivimab e imdevimab. Esta opción estaría indicada para pacientes que no estén graves, pero que tengan riesgo de hospitalización. También casos graves o críticos que no hayan generado sus propios anticuerpos frente al coronavirus.
Un experto en investigación forestal de Suiza ha desarrollado un método no destructivo para saber si un instrumento musical antiguo es auténtico o una falsificación. La técnica podría ayudar a resolver algunas dataciones controvertidas.
Investigadores del Instituto de Bioingeniería de Cataluña han desarrollado un chip que, a partir de muestras de pacientes, permite crecer biopelículas bacterianas y analizar su susceptibilidad frente a diferentes antibióticos. Este dispositivo de diagnóstico sencillo y barato puede ayudar a encontrar tratamientos efectivos y personalizados contra infecciones de larga duración.
El pequeño dispositivo portátil consta de un sensor de glucosa, un algoritmo informático para calcular la dosis de insulina y una bomba para inyectarla. Se controla desde el teléfono móvil del paciente y ha sido desarrollado por un equipo de Reino Unido y Suiza. El sistema puede ser usado por enfermos que padecen tanto diabetes de tipo 2 como insuficiencia renal.
La investigadora madrileña había trabajado en los videojuegos y la moda hasta que la Fundación Bill y Melinda Gates la fichó. Su experiencia en modelos de machine learning y de predicción del comportamiento servirá para mejorar las apps de aprendizaje que usan las matronas en países con menos recursos. El objetivo es reducir las muertes de madres y bebés durante el embarazo y el parto.
Los desarrollos biomédicos creados por equipos de mayoría femenina tienden a resolver problemas que afectan de manera específica a las mujeres, según publica un estudio en Science. El trabajo alerta sobre los obstáculos que limitan la participación femenina en el sistema de innovación y el problema que supone trabajar en equipos poco diversos.
Hace once años un programador estadounidense utilizó por primera vez bitcoines para pagar unas pizzas. Desde entonces, tanto el valor como el uso de esta moneda digital se han disparado, así como su consumo energético que no sale gratis al planeta. Pero ya que todo empezó con comida, ¿qué hubiera pasado si en lugar de minar bitcoines hubiéramos producido alimentos?
El Parlamento Europeo ha votado a favor de liberar de manera temporal la propiedad intelectual de las vacunas contra el coronavirus. No obstante, Bruselas rechaza una liberalización completa, ya que perjudicaría a las farmacéuticas, pero si pide a estas firmas que las ofrezcan a precios asequibles a las naciones con menos recursos.
En España, varias compañías privadas contribuyen a la vacunación contra el SARS-CoV-2, con proyectos que van desde la fabricación de antígenos y compuestos para ensayos clínicos hasta el envasado y producción de los fármacos. Para ello han contado con más de 7,7 millones de euros en financiación pública.
El mobiliario que ofrecen grandes cadenas son asequibles y rápidos de fabricar, pero, precisamente por eso, se estropean y cambian con frecuencia. Como la moda rápida, la fast furniture tiene un coste en el ecosistema.