Plantas medicinales

Al menos el 11% de las plantas vasculares de Navarra posee usos medicinales tradicionales

La pamplonesa Silvia Akerreta, investigadora de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Navarra, ha realizado un estudio sobre el uso tradicional de las plantas medicinales en la Comunidad foral, en el que concluye que al menos el 11% de la flora vascular se utiliza para curar alguna dolencia.

La bióloga Silvia Akerreta
La bióloga Silvia Akerreta ha reunido 3.770 usos medicinales en Navarra.

En total, la bióloga reunió 3.770 usos medicinales de 287 taxa, 178 de ellos no registrados hasta ahora; acompañados del modo y lugar de recolección, partes que se emplean, forma de preparar y administrar el remedio, así como de sus indicaciones terapéuticas y nombres populares -422 en castellano y 115 en euskera-.

Para ello contactó con 667 informantes procedentes de 265 localidades. Según explica, los datos recogidos le permitieron comprobar que “se emplean casi las mismas plantas para tratar similares dolencias”. En este sentido, la investigadora destaca que las plantas más usadas son las manzanillas y la ortiga o atsun; y entre las indicaciones más citadas figuran las relativas a afecciones digestivas y dermatológicas leves. “Además -añade-, del total de usos terapéuticos el 15,76% coincide con los registrados por la OMS, la ESCOP (European Scientific On Phytotherapy) o la Comisión E del Ministerio de Sanidad Alemán, instituciones donde se reconocen su seguridad y eficacia”.

Saúco para el dolor de muelas y romero contra el reuma

Entre las peculiaridades geográficas, la especialista señala que en la zona noroccidental es común el uso de la verbena (kolpebelarra) y la pasmobelarra para aliviar infecciones. En la zona pirenaica, el saúco o sabuko contra el dolor de muelas. En Tierra Estella el té de roca sirve para hacer infusiones; y en la Ribera, por último, se recurre al olivo para bajar la tensión o quitar verrugas, y al romero para las afecciones reumáticas, dolencias de músculos y articulaciones.

En general, la bióloga de la Universidad de Navarra subraya que un mayor desarrollo industrial y sanitario, además de un menor aislamiento, “influyen en la conservación de estos conocimientos. En el caso de Navarra existe una clara transición norte-sur, tanto en el listado de plantas empleadas como en su recolección y denominación, ligada al mantenimiento de la cultura en cada zona”. “Precisamente la Etnobotánica -finaliza- se encarga de estudiar la relación entre los seres humanos y las plantas, con el objetivo de conservar este rico patrimonio cultural de los pueblos, como se ha pretendido con esta investigación”.

El estudio forma parte de su tesis doctoral, titulada “Etnobotánica farmacéutica en Navarra: del uso tradicional de las plantas medicinales a su evidencia científica”, realizada en el departamento de Biología Vegetal.

Fuente: Universidad de Navarra
Derechos: Universidad de Navarra

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