Algunas personas con obesidad mórbida carecen de ciertos genes

Una proporción pequeña, aunque significativa, de personas obesas carece de una sección de su ADN. Se trata de una rara supresión genética que podría provocar una forma de obesidad aguda. Así lo indica una investigación, publicada hoy en Nature, que muestra cómo ese ADN ausente puede ejercer un efecto espectacular sobre el peso de algunas personas.

Algunas personas con obesidad mórbida carecen de ciertos genes
La monstrua desnuda (1680) de Juan Carreño de Miranda.

Alrededor de siete de cada 1.000 personas con obesidad mórbida carecen de una sección de su ADN que contiene aproximadamente 30 genes. Los investigadores del Imperial College de Londres (Reino Unido) y otros diez centros europeos no encontraron este tipo de variación genética en ninguna persona de peso normal.

“Los problemas de peso de una de cada 20 personas con obesidad mórbida se deben a variaciones genéticas conocidas, incluidas mutaciones y ADN ausente”, afirman los autores de este estudio, publicado hoy en la edición on line de la revista Nature.

Según el equipo, quedan por descubrir muchas mutaciones similares que provocan obesidad. La supresión de 593 kilobases en el cromosoma 16 se observó inicialmente en un pequeño grupo de personas obesas, pero un estudio de asociación genómica de seguimiento (GWAS, por sus siglas en inglés) de más de 16.000 individuos sugiere que la mutación puede estar detrás del 0,7% de los casos de obesidad mórbida.

Anteriores investigaciones habían identificado diversas variaciones genéticas que contribuyen a la obesidad, la mayoría de las cuales son mutaciones sencillas en el ADN de una persona que cambian la función de un gen. Este trabajo es el primero que demuestra que la obesidad en personas por lo demás físicamente sanas puede deberse a una rara variación genética que elimina una sección del ADN.

Los científicos consideran que podría haber otras supresiones genéticas, junto a las identificadas hoy, que aumentan el riesgo que tienen las personas de ser obesas. Esperan que, al identificar variaciones genéticas que hacen que las personas sean extremadamente obesas, puedan desarrollar pruebas genéticas que determinen el tratamiento óptimo para ellas.

“Cada vez está más claro que en algunas personas con obesidad mórbida su aumento de peso se debe a una causa genética subyacente. Si pudiéramos identificar a estas personas a través de una prueba genética, podríamos ofrecerles la atención y los tratamientos médicos adecuados, con el fin de mejorar su salud a largo plazo”, explica Philippe Froguel, autor principal del estudio.

El eslabón entre el "ADN perdido" y la obesidad

El equipo del Imperial College identificó primero los genes ausentes en adolescentes y adultos con dificultades de aprendizaje o retraso en el desarrollo. Encontraron a 31 personas que tenían "ausencias" prácticamente idénticas en una copia de su ADN. Todos los adultos con esta modificación genética mostraban un IMC superior a 30, es decir, padecían obesidad.

A continuación, los investigadores analizaron los genomas de 16.053 personas que eran obesas o de peso normal (con IMC entre 18,5 y 25), de ocho muestras europeas. Identificaron a 19 personas más con la misma supresión genética, todos los cuales eran gravemente obesos, pero no encontraron la supresión en ninguna persona sana de peso normal.

Según los autores, “esto significa que la supresión genética se encontró en siete de cada 1.000 personas con obesidad mórbida, lo que lo convierte en la segunda causa genética de obesidad conocida más frecuente”.

En general, las personas con la supresión habían sido bebés de peso normal, que adquirían sobrepeso en la infancia y se convertían en adultos obesos. Los científicos estudiaron también los genomas de sus padres y observaron que 11 personas heredaron la supresión de sus madres y cuatro de sus padres, mientras que 10 de las supresiones tuvieron lugar por casualidad. Todos los padres con la supresión eran obesos.

El siguiente paso será determinar la función de los genes ausentes. Publicaciones anteriores sugieren que algunos de los genes podrían estar asociados con retraso en el desarrollo, autismo y esquizofrenia. Por ello, los investigadores pretenden investigar los posibles vínculos entre estos trastornos y la obesidad.

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Referencia bibliográfica:
Philippe Froguel et al.: “A novel highly-penetrant form of obesity due to deletions on chromosome 16p11.2”. Nature, 3 de febrero de 2010.

Fuente: SINC
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