Investigadores suecos informan de que aves capturadas en la tundra hiperboreal, en relación con la expedición a la tundra “Beringia 2005”, eran portadoras de bacterias resistentes a los antibióticos. Este hallazgo indica que la resistencia a los antibióticos se ha extendido por la naturaleza, lo que representa un panorama inquietante para la sanidad en el futuro.
Los científicos tomaron muestras de 97 aves en Siberia nororiental, el norte de Alaska y el norte de Groenlandia. Estas muestras fueron cultivadas directamente en laboratorios especiales que los investigadores habían instalado a bordo del rompehielos Oden y analizadas más detenidamente en el laboratorio de microbiología del Hospital Central de Växjö, Suecia.
“Nos llevamos una gran sorpresa”, afirma Björn Olsen, profesor de enfermedades infecciosas en la Universidad de Uppsala y el Laboratorio de Investigaciones Zoonósicas de la Universidad de Kalmar.
“Tomamos muestras de aves que viven muy adentro en la tundra y no tienen contacto con seres humanos. Esto supone una confirmación adicional de que la resistencia a los antibióticos se ha convertido en un fenómeno global y de que prácticamente no existe ninguna región en la Tierra, con la posible excepción de la Antártida, que no esté afectada”.
La hipótesis con la que trabajan los investigadores es que las aves migratorias han pasado, por ejemplo, a través de regiones del sureste asiático en las que existe una gran presión antibiótica y se han llevado consigo a la tundra las bacterias resistentes.
“Ya sabíamos que en Occidente las aves pueden ser portadoras de bacterias que son resistentes a los antibióticos, pero resulta preocupante descubrir que estas bacterias existen entre las aves de la tundra”, afirma Jonas Bonnedahl, un médico especializado en enfermedades infecciosas de Kalmar y uno de los participantes en la expedición.
“Nuestros hallazgos demuestran que la resistencia a los antibióticas no se circunscribe a la sociedad y los hospitales, sino que ahora se está extendiendo en la naturaleza", explica Bonnedahl. La creciente resistencia a los antibióticos que está teniendo lugar en los últimos años se ha convertido en una de las mayores amenazas para el buen funcionamiento de la asistencia sanitaria en el futuro.