Las provincias pioneras en políticas de prevención precoz del cáncer de mama, como Navarra y País Vasco, son las que registran menores índices de mortalidad, aunque la tendencia es a igualarse en toda España. Así lo señala un estudio, realizado por investigadores españoles, que analiza por provincias el número de mujeres fallecidas entre 1975 y 2005.
“Canarias, Baleares, algunas zonas de Cataluña y Levante, así como la zona suroccidental presentan mayores tasas de mortalidad de cáncer de mama, aunque las diferencias geográficas tienden a desaparecer”, explica a SINC Marina Pollán, una de las autoras del artículo publicado recientemente en Annals of Epidemiology y Jefa de Servicio de Epidemiología del Cáncer del Instituto de Salud Carlos III.
La investigación, que utiliza los datos recogidos por el Instituto Nacional de Estadística (INE) entre 1975 y 2005 en todas las provincias españolas (salvo Ceuta y Melilla), diferencia a las pacientes en tres grupos de edad: menores de 45 años, entre 45 y 64 y mayores o de 65.
Los resultados revelan que, hasta 1992, en las provincias del norte, el área mediterránea y la zona suroeste, el índice de mortalidad de mujeres menores de 45 años fue más alto que en otras regiones. A partir de ese año, las muertes descendieron, aunque la mortalidad es “algo mayor” en la zona suroeste.
Una tendencia similar siguieron las pacientes de entre 45 y 65 años, que registraron mayores índices de mortalidad en la zona norte, área mediterránea y zona suroeste hasta 1995. Los fallecimientos de mujeres mayores de 65 años se acusaron más en las provincias del noreste, centro, suroeste y en la zona norte del área mediterránea, un comportamiento que se fue atenuando a lo largo del periodo analizado.
Las diferencias geográficas tienden a desaparecer debido a “la distribución uniforme de los programas de prevención precoz, terapia reproductiva, obesidad y otros elementos del estilo de vida de los últimos años”, subrayan los autores.
La importancia de la prevención precoz
El estudio, realizado por científicos del Instituto de Salud Carlos III y la Universidad Pública de Navarra, sugiere que, además de los avances logrados en el tratamiento del cáncer de mama, los programas de prevención precoz de la enfermedad desempeñan un papel fundamental en la disminución de la mortalidad.
Es el caso de Navarra y País Vasco, que iniciaron en 1990 y 1995 respectivamente este tipo de programas, y en poco más de un año los sacaron adelante. Estas iniciativas podrían explicar por qué ambas regiones son pioneras en el descenso de la mortalidad por cáncer de mama en mujeres mayores de 65 años.
La investigación analiza también el retardo de la mortalidad en las pacientes. Y es que, aunque disminuyen las muertes por este tipo de cáncer, el descenso es menor según aumenta la edad.
“Como la probabilidad de sobrevivir muchos años al cáncer de mama es ahora mayor, la mortalidad en las mujeres de más edad incluye no sólo a los casos con peor pronóstico diagnosticados en mujeres mayores de 65 años, sino también las muertes de pacientes que fueron diagnosticadas cuando eran más jóvenes pero lograron sobrevivir más tiempo”, aclara Pollán.
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Referencia bibliográfica:
María D.Ugarte, Tomás Goicoa, Jaione Etxeberria, Ana F. Militino y María Pollán. “Age-Specific Spatio-Temporal Patterns of Female Breast Cancer Mortality in Spain (1975-2005)”. Annals of Epidemiology. Vol. 20, No. 12. Diciembre 2010. Doi:10.1016/j.annepidem.2010.07.102
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