El material lunar recogido por la misión Chang'e 6, con pistas sobre la historia de nuestro satélite y del propio sistema solar, ha aterrizado en una remota región china de Mongolia Interior.
La cápsula de la sonda china Chang’e 6, que comenzó su misión hace casi dos meses para recoger por primera vez en la historia muestras de la cara oculta de la Luna, se ha posado este martes con su cargamento en la región septentrional china de Mongolia Interior.
El orbitador soltó el módulo de reentrada con las muestras del proyecto de exploración lunar al entrar en la órbita terrestre, antes de llegar con éxito a la zona prevista a las 14.07 hora local (06.07 GMT).
"El módulo de retorno entró en la atmósfera a una velocidad en torno a los 11,2 kilómetros por segundo a una altitud de 120 kilómetros sobre la superficie terrestre", momento en el que empezó las maniobras de desaceleración, ha informado la Administración Nacional del Espacio de China (ANEC).
Cuando la sonda llegó a unos 10 kilómetros de la superficie, la Chang'e 6 abrió el paracaídas, el último paso de la maniobra de reducción de la velocidad, que le sirvió para mantener una altitud estable y aterrizar de manera suave en el sitio marcado.
Después de izar una bandera del gigante asiático en el sitio del aterrizaje, en el área de Siziwang (provincia de Mongolia Interior), los equipos de recuperación comenzaron a preparar la cápsula para su traslado por vía aérea hasta Pekín, donde se abrirá para extraer las muestras recolectadas.
“La misión lunar de la Chang’e 6 ha finalizado con éxito”, anunció el director de la ANEC, Zhang Kejian, en una conferencia de prensa posterior al aterrizaje.
Por su parte, el presidente chino, Xi Jinping, extendió sus felicitaciones y destacó el esfuerzo de China por convertirse en una potencia espacial y tecnológica: "Durante los últimos 20 años, todos los involucrados en el proyecto de exploración lunar han escalado las cumbres de la ciencia y la tecnología, logrando destacados avances que han captado la atención mundial".
El regreso de la Chang'e 6 marca un nuevo éxito del programa Chang'e (bautizado así en honor a una diosa que, según la mitología china, vive en la Luna), que comenzó con el lanzamiento de una primera sonda orbital en 2007 y que ya había logrado alunizar por primera vez en la cara oculta del satélite en 2019 y traer muestras de su cara visible en 2020.
La sonda, cuyo viaje de ida y vuelta se ha prolongado durante unos 53 días, trae consigo unos dos kilos de muestras de roca de la cara oculta de nuestro satélite, las primeras recogidas por los seres humanos. Las muestras podrían arrojar luz sobre el pasado de la Luna y del sistema solar.
Los científicos podrán confrontar las rocas con material recogido previamente en la cara visible de la Luna "y comparar su composición química para hallar pistas acerca de por qué las dos caras del satélite son tan diferentes", explicó el astrofísico de la Universidad de Hong Kong Quentin Parker, citado por el diario hongkonés South China Morning Post.
La gravedad de la Tierra ha afectado la rotación lunar a lo largo de miles de millones de años, frenándola hasta que los tiempos de rotación y traslación se igualaron: la Luna tarda aproximadamente 27,3 días tanto en girar sobre su eje como en completar una órbita alrededor de nuestro planeta. Como resultado, siempre muestra la misma cara a la Tierra.
A diferencia de la cara visible, la apenas explorada cara oculta está marcada por un terreno accidentado, con una cantidad mayor de cráteres, y está a salvo de las interferencias electromagnéticas terrestres, proporcionando un entorno ideal para la colocación de instrumentos científicos.
La sonda superó desafíos significativos durante la recogida de muestras, entre los que destacan las altas temperaturas y las limitaciones de comunicación con la base en la Tierra, lo que provocó que la Chang'e 6 tuviera solo 14 horas para recabar las muestras, siete menos que las que tuvo su predecesora Chang'e 5 para reunir rocas de la cara visible de la Luna.
Durante el proceso de muestreo y almacenamiento, los investigadores chinos en laboratorios terrestres simularon el modelo geográfico del área de muestreo basándose en datos enviados por la sonda, proporcionando un apoyo "clave" para la misión.
La Chang'e 6 extrajo las muestras de su lugar de alunizaje, la Cuenca Aitken-Polo Sur, una de las estructuras de impacto más grandes y antiguas del sistema solar, con un diámetro de aproximadamente 2.500 kilómetros y otros 13 de profundidad.
La edad y magnitud de esta cuenca la convierten en un verdadero archivo de la historia lunar y, por extensión, del sistema solar.
Asimismo, la región es rica en depósitos de minerales y elementos volátiles que pueden proporcionar información sobre la actividad volcánica de la Luna, y podría contar con hielo de agua en la superficie de algunos cráteres que se hallan permanentemente a la sombra.
Cuando la anterior misión lunar, la Chang'e 5, recuperó las primeras muestras en décadas del lado visible de la Luna, la primera investigación sobre las rocas la firmó un equipo conjunto de científicos chinos y occidentales y se publicó en la revista Science en 2021.
Ahora existe expectación sobre cómo se divulgarán los hallazgos de la investigación de las muestras de la Chang'e 6: pese a que los investigadores chinos reconocen la importancia o la necesidad de escribir en su lengua materna, es difícil a nivel práctico, dado que conseguir que los artículos se publiquen en prestigiosas revistas en inglés a menudo trae recompensas para los científicos.
Voces como el astrónomo Deng Licai han defendido que los resultados de la investigación de misiones nacionales como el programa Chang'e "deberían publicarse prioritariamente en revistas chinas", como ya hicieran destacados científicos chinos como la premio nobel Tu Youyou, que publicó su artículo sobre el descubrimiento de la artemisinina en el Boletín de Ciencia China en 1977.
China, el único país que hasta ahora ha alunizado en el lado oculto de la Luna, dedicará las dos próximas misiones Chang'e a la exploración del polo sur del satélite, donde tiene previsto construir una base de exploración científica junto con Rusia.
La misión Chang'e 7 está programada para llegar al polo sur lunar en 2026, donde buscará depósitos de hielo de agua. Por su parte, Chang'e 8 explorará en 2028 posibles usos de los recursos que su predecesora descubra. También sentará las bases para una exploración tripulada alrededor de 2030, según las previsiones actuales del programa espacial chino.