La contaminación atmosférica y del suelo son factores importantes que contribuyen a la disminución de los bosques. Las plantas adultas, como los árboles, deben adaptarse no sólo a sobrevivir en condiciones adversas sino que también deben ser capaces de producir semillas viables. Un equipo de investigadores ha dilucidado si la contaminación de metales pesados pueden pasar a los descendientes del álamo blanco.
La fase de germinación de las semillas es un momento fundamental en el desarrollo de las plantas siendo este instante especialmente sensible frente a los metales pesados, es decir, cualquier elemento químico metálico que tenga una relativa alta densidad, aunque no tiene por qué ser siempre perjudicial, ya que hay determinados metales pesados que son fundamentales, en bajas concentraciones, de modo que su ausencia causa enfermedades y su exceso intoxicaciones.
Las altas concentraciones de metales no esenciales en semillas pueden tener efectos tóxicos, de modo que las plantas disponen de mecanismos para evitarlos o al menos reducirlos. Por ello, investigadores españoles se han centrado en el estudio del álamo blanco. Este árbol se caracteriza, desde el punto de vista de absorción de metales pesados, por acumular cadmio y zinc en sus tejidos.
En este trabajo, liderado por el Instituto de Recursos Naturales y Agrobiología (IRNAS-CSIC) de Sevilla, se ha comprobado si la contaminación del suelo puede afectar a la progenie del álamo blanco, explorando la distribución de los elementos minerales en las semillas. Para ello se han estudiado frutos y semillas de distintas zonas, unas contaminadas por metales pesados y otras limpias.
En esta colaboración, los miembros del Centro Nacional de Aceleradores (CNA) analizaron semillas de álamo blanco mediante la técnica micro-PIXE (técnica analítica basada en el uso de aceleradores de partículas que permite obtener concentraciones de elementos químicos estudiando los rayos X que emiten dichos elementos).
Con esta herramienta analítica se pueden obtener mapas de concentración de los diferentes elementos dentro de la semilla. Estas medidas se han llevado a cabo para ver la posible distribución de elementos contaminantes que tienen relevancia biológica dentro de las semillas.
¿Un desprotegido álamo blanco?
Los resultados obtenidos han sido que el álamo blanco puede acumular cadmio (Cd) en sus semillas, lo que demuestra que este árbol no tiene barreras que impidan la entrada de elementos tóxicos hacia las semillas. Dado que, en este caso, la concentración de cadmio en la semilla estaba por debajo del límite de detección de la técnica micro-PIXE, no fue posible determinar la ubicación precisa del Cd dentro de la semilla.
Sin embargo, se han obtenido los mapas de concentración de los nutrientes fundamentales, y así se ha podido comprobar que las concentraciones de nutrientes en las semillas de las zonas contaminadas no reflejaban ningún desequilibrio.
Por otro lado, en este trabajo se ha determinado, que a pesar de la mayor concentración de Cd en las semillas de las zonas contaminadas, la germinación y el vigor de las plántulas no se vieron afectados. Estos resultados parecen indicar una tolerancia notable del Populus a la presencia de Cd y Zn en sus estructuras reproductivas, incluyendo las semillas.
Referencia bibliográfica:
Paula Madejón, Manuel Cantos, María C. Jiménez-Ramos, Teodoro Marañón, José M. Murillo. “Effects of soil contamination by trace elements on white poplar progeny: seed germination and seedling vigour” Environ Monit Assess 187, 663 (2015)
Los científicos explican que es imposible que este animal pueda sustituir al bisonte representado en Altamira, porque esta especie prehistórica es distinta, definitivamente extinguida, que vivió en un hábitat, conocido como la ‘estepa del mamut’, que tampoco existe en la actualidad.
Estos choques son la principal causa de muerte de cetáceos. Un nuevo estudio ha cuantificado, por primera vez, los riesgos que afrontan cuatro especies amenazadas de estos gigantes oceánicos en zonas clave de navegación mundial.
