¿Está el mundo académico y la cultura corporativa actual reprimiendo a los científicos atrevidos e impidiendo que la ciencia rompedora y revolucionaria salte a primer plano? El escritor científico Mark Buchanan recuerda este mes en Physics World a los investigadores que han cambiado paradigmas científicos a lo largo de la historia, y se pregunta qué podemos hacer para asegurar que aquellos que tienen la posibilidad de cambiar nuestra visión del mundo tengan la oportunidad de hacerlo.
Cuando Max Planck descubrió accidentalmente la teoría cuántica dio comienzo la revolución científica más importante del siglo XX. Los experimentos de su colega Wilhelm Röntgen con rayos catódicos llevaron sin querer al descubrimiento de los rayos X, que en última instancia revolucionaron la práctica médica moderna. Y los físicos estadounidenses de los Laboratorios Bell, Arno Penzias y Robert Wilson, detectaron la radiación de fondo de ondas cósmicas, el eco del Big Bang, cuando trataban de eliminar el molesto ruido que captaban con su receptor de microondas.
¿Tendrían los físicos de hoy en día, acosados por la ética de publicar o perecer, la misma libertad para realizar estos descubrimientos?, se pregunta Mark Buchanan en el artículo que publica en el número de abril de Physics World.
El escritor ofrece una selección de diferentes perspectivas en su trabajo. Por ejemplo, trata de las insinuaciones que se hacen de que los propios científicos podrían correr un riesgo desde el punto de vista económico con sus investigaciones especulativas dependiendo de si creen o no creen que les van a pagar por ellas. O también reflexiona sobre el hecho de aceptar propuestas como becas de 10 años que les permitirían investigar problemas verdaderamente “difíciles” que vienen ya de lejos, pero sin la presión de tener que obtener resultados rápidos.
Un segundo artículo de la edición de este mes de Physics World analiza el surgimiento de la “econofísica”, que originalmente procede de la investigación realizada en el Instituto de Santa Fe de Nuevo México (EE UU), uno de los pocos centros dedicados a investigaciones innovadoras, muchas veces interdisciplinares, de alto riesgo.
En el artículo, Jean-Philippe Bouchaud, director de investigación de Capital Fund Management, explica cómo la “Econofísica” trata de construir una imagen mucho más completa de la economía a través de leyes de potencias y modelos sencillos (toy models, en inglés) inspirados por la física. El avance un paso más allá de nuestra concepción clásica y defectuosa de la economía, que asume que los mercados actúan racionalmente, constituye un ejemplo de física interdisciplinar verdaderamente innovadora que podría cambiar nuestra visión del mundo.
Como señala Buchanan, “el precio que tenemos que pagar por no intentar reestablecer la independencia (científica) será la imposibilidad de reconocer los más importantes e impredecibles descubrimientos que permiten a la ciencia avanzar a largo plazo, descubrimientos que sólo son posibles cuando los individuos dejan de lado lo que es cómodo y aceptado y se adentran en áreas desconocidas”.
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