Ana Catalán ha presentado en la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) una tesis doctoral en la que concluye que hay diferencias entre hombres y mujeres en materia de esquizofrania que merecen ser tenidas en cuenta, aunque no sea el único factor de condicionamiento.
La esquizofrenia es una enfermedad heterogénea, debido a que las razones para su aparición son variadas, así como las reacciones de los pacientes que la padecen. Algunos expertos creen que el sexo podría ser un factor importante en esta heterogeneidad.
La investigadora de la UPV/EHU Ana Catalán ha diseñado un estudio observacional y lo ha limitado al primer episodio psicótico. Ha analizado a 231 pacientes, elegidos tras establecer los criterios de inclusión requeridos. Durante dos años ha estudiado la evolución de estos pacientes con un primer episodio psicótico, valorando el sexo únicamente como rasgo biológico; es decir, dejando a un lado sus connotaciones sociales y culturales.
Según la experta, a partir de la observación de estos pacientes, las mujeres con un primer episodio psicótico presentan en general un debut más tardío de la enfermedad, y tienen una probabilidad mayor de estar casadas o de vivir con su pareja e hijos. Además, en el caso de las mujeres es más común sufrir un estrés psicosocial de tipo agudo en el año previo al debut de su enfermedad.
Por otra parte, al aplicarles la subescala Cannon-Spoor, que mide el ajuste promórbido o estado anterior a la enfermedad, las mujeres obtienen mejores resultados en general y con respecto a la adolescencia tardía y la edad adulta. Es decir, en su vida anterior a la aparición de los primeros síntomas, cumplen más adecuadamente con las expectativas acordes a cada franja de edad.
Por otra parte, la autora de la tesis ha utilizado la escala denominada PANSS para analizar la evolución clínica de los pacientes durante los dos años que dura la investigación; dicha escala se utiliza para medir la gravedad de los síntomas de los pacientes con esquizofrenia. Tal y como muestra la escala, las diferencias entre los dos sexos son, con alguna excepción, escasas en la evolución de la fase basal de la enfermedad.
Por lo tanto, según ha concluido Catalán, el sexo no resulta un factor pronóstico decisivo en la evolución de los primeros episodios psicóticos. Sin embargo, sí que genera diferencias entre hombre y mujeres en cuanto a las características de las crisis psicóticas (fenotipo clínico), y la autora de la tesis ha subrayado que éstas deben ser tomadas en consideración por el médico.
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Referencia bibliográfica:
Catalán, Ana; Diferencias en el pronóstico y la presentación clínica en función del sexo de los pacientes con un primer episodio psicótico, UPV/EHU, País Vasco, 2010.