Investigadores de la UCO han iniciado el diseño de herramientas -a partir de tecnologías inalámbricas, como el bluetooth- que permitirán en un futuro monitorizar a pacientes de un hospital y enviar sus historiales clínicos a una base de datos o mejorar los controles de seguridad y acceso a instalaciones.
El objetivo de Francisco José Bellido, del grupo Instrumentación computacional y Electrónica Industrial, es integrar estas nuevas tecnologías inalámbricas en sistemas de adquisición y tratamiento de datos. En la actualidad, trabaja con estándares inalámbricos de corto alcance pensados para su integración en sistemas microprogramables o empotrados.
Esta línea se utiliza en sistemas de seguridad y control de accesos, mediante la adquisición inalámbrica de datos provenientes de diferentes sensores. Los sistemas de seguridad tradicionales van cableados desde los puntos de medida a la centralita, y el uso de estos nuevos estándares permite una distribución más flexible y eficaz de los puntos de medida. La centralita, a su vez, puede estar conectada con la central de alarmas vía telefónica o mediante GPRS.
Sobre el control de accesos, esta tecnología permitiría, por ejemplo, disponer de una llave electrónica utilizando el móvil como medio de conexión. Así, cualquier dispositivo que posea esta característica se puede emplear para identificar al usuario.
Proyección en salud
Una línea de investigación clave para este grupo de la UCO es la telemedicina. En este escenario, la tecnología inalámbrica ha supuesto un salto cualitativo en la gestión de la información, puesto que permite enviarla de forma remota, desde cualquier lugar. El grupo dirigido por Bellido trabaja en una herramienta que se utilizará en los hospitales, con lo que se eliminarían los cables que requiere la monitorización del paciente; al tiempo que se empleará esta red para el envío de datos. Más importante aún resulta la posibilidad de tener a una persona controlada médicamente desde su hogar, desde donde el paciente puede enviar los datos al médico sin la necesidad de acudir a la consulta o estar hospitalizado, “con el consiguiente ahorro en tiempo y recursos y la mejora de la calidad de vida del paciente”.
La diferencia con las teleconsultas actuales radica en que “juegan distintos papeles dentro de la misma aplicación: estas tecnologías por coste, consumo, tamaño y prestaciones pueden integrarse fácilmente en dispositivos o instrumental básico de medida de parámetros relacionados con la salud y el bienestar (glucosímetros, básculas, pulsímetros, ...), facilitando la toma y envío de datos de manera automática a una base de datos central”. El ordenador con conexión a Internet, gestionaría la recepción de los datos del instrumental o sensores, y su clasificación y envío a la base de datos del paciente o del médico. O bien, en lugar de un ordenador, podría emplearse un sistema de control con conexión GPRS.
La cuestión es que Internet o GPRS cubriría el enlace a larga distancia y el envío masivo de información, mientras que las nuevas tecnologías inalámbricas permitirían cubrir la corta distancia: paciente-dispositivo (ordenador o módulo de control). Es decir, por ejemplo, en lugar de "anotar" a mano la lectura de la tensión y enviarle un correo electrónico al médico, el esfignomanómetro automáticamente enviaría el dato al ordenador y éste, de forma automática, a la base de datos del paciente.
Los expertos de la UCO colaboran con la empresa Cordobesa de Informática y Programación (Cipsa) en el proyecto Bluesensory, cuyo objetivo es desarrollar una serie de productos y aplicaciones basados en estas tecnologías.