Investigadores del Institut Cavanilles de la Universitat de València, de la Universitat Autònoma de Barcelona, del Centre Recerca en Sanitat Animal y del CRAM descubren que la infección por Morbillivirus queda latente en algunos ejemplares de forma crónica, por ello, pueden darse muertes puntuales en años posteriores a epidemias. Los datos, publicados en el último número de la revista Diseases of Aquatic Organisms, revelan que las muertes de cetáceos de la pasada primavera correspondieron a delfines portadores del virus, que permanecía latente y sin capacidad de transmisión.
Investigadores del Institut Cavanilles de Biodiversitat i Biologia Evolutiva del Parc Científic de la Universitat de València, de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB), del Centre de Recerca en Sanitat Animal CRESA (UAB-IRTA) y de la Fundació per a la Conservació i Recuperació d’Animals Marins (CRAM) han descrito una infección crónica del Morbillivirus de delfines o DVM, un paramixovirus -de la familia de los que producen sarampión o las paperas- que afecta a los delfines listados, Stenella coeruleoalba, del Mediterráneo. Los resultados, publicados en el último número de la revista Diseases of Aquatic Organisms, demuestran que, la mortandad puntual de esta especie de cetáceo registrada tras la epidemia de 2006-07 a lo largo de las costas valencianas, catalanas y andaluzas se debió a la evolución de una fase crónica de la infección por Morbillivirus y no a nuevas epidemias del virus.
El virus queda latente en algunos delfines que sobreviven a las mortandades masivas. Permanece en estado crónico, restringido en el sistema nervioso, pero no lo pueden transmitir, por este motivo, no se puede hablar de una nueva epidemia”, argumenta el catedrático de Zoología de la Universitat de València, Juan Antonio Raga. Las muertes registradas durante la pasada primavera se corresponden a un aumento de la densidad de población de los delfines y la consiguiente reducción de la protección inmunológica: “mueren así los ejemplares afectados por epidemias anteriores, como la de 1990 y 2006-2007, que provocaron muertes masivas”, agrega Raga.
Estos resultados se corresponden con la continuación de un estudio pluridisciplinar e interuniversitario que se desarrolla desde 1990 y que ha permitido la detección y caracterización, por primera vez a nivel mundial, de estas dos mortandades masivas de delfines en el Mediterráneo de gran transcendencia científica y de conservación de la fauna amenazada.
Similar al sarampión en humanos
El director del CRESA y también catedrático de Patología de la UAB, Mariano Domingo, apunta que se trataría de una forma crónica de infección del sistema nervioso “muy similar a las que se dan en la especie humana con el virus del sarampión”. El gran número de casos que se han producido después de 2006-07 pone de manifiesto “la importancia de esta fase de la enfermedad subsiguiente a la epidémica, hecho que ya detectamos a menor escala en la epidemia de 1990”, según Domingo, quien concluye: “nuestra previsión es que estos casos se sigan observando al menos durante los dos próximos años”.
El trabajo de los investigadores ha consistido en análisis epidemiológicos y patológicos de un total de 118 ejemplares de delfines listados afectados por Morbillivirus después de la epidemia de 2006-07 durante los años 2008, 2009 y 2010 en Andalucía, la Comunitat Valenciana y Cataluña. Las conclusiones revelan una infección por este virus en el sistema nervioso en un 27,4%, 25% y 28,4%, respectivamente, sin diferencias significativas entre tamaño y sexo de los ejemplares estudiados. Se realizaron las necropsias de estos animales varados en buenas condiciones en las costas mediterráneas y de ellas se obtuvieron muestras de tejidos para estudios microscópicos, immunohistoquímicos y moleculares (basados en técnicas de PCR) para identificar el virus y las lesiones que provoca en estos animales.