Investigadores del Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social (IPHES) han descubierto en el yacimiento de Camp dels Ninots (Gerona) el esqueleto completo y en conexión anatómica de un tapir de 3,1 millones de años de antigüedad. Con este hallazgo, el yacimiento concentra ya el 70% del registro fósil de esta especie.
"Si bien en Europa hay muchos otros yacimientos con restos aislados de tapir, el Camp dels Ninots es el único que los conserva enteros, en conexión anatómica y en un estado excepcional", subrayan Bruno Gómez y Gerard Campeny, investigadores del IPHES y codirectores de este proyecto de investigación.
Las medidas del tapir, que pertenecía a la especie Tapirus arvernensis, y que ha sido hallado durante este mes de mayo, corresponderían a las de un individuo adulto de aproximadamente 1,80 metros de largo y 1,30 metros de altura. Según los investigadores, pudo pesar unos 250 kilogramos.
Con el esqueleto de tapir descubierto ahora, junto con los otros dos de campañas de excavación anteriores (todos ellos de edades diferentes), se demuestra que el entorno de Camp dels Ninots era “el adecuado para que una población estable de estos animales pudieran vivir”.
El equipo de investigación indica que los tapires eran muy abundantes en la cuenca mediterránea hace 3,1 millones de años. En esa época regía un clima subtropical, más húmedo que el actual, con temperaturas relativamente suaves, poca estacionalidad y abundantes precipitaciones.
Su extinción en Europa, a principios del Pleistoceno (hace entre 2,8 y 2,5 millones de años), es consecuencia de un cambio climático provocado por la ciclicidad de los periodos glaciares e interglaciares, momento en que el paisaje subtropical fue sustituido por una vegetación de tipo mediterránea.
En la actualidad, los tapires se encuentran en zonas muy concretas de Centroamérica y Asia, en especial en China y Sumatra. El Tapirus indicus, de pelaje blanco y negro, es la especie viva que más está relacionada con la que vivió en el Camp dels Ninots.
Condiciones ambientales ideales para los tapires
Uno de los rasgos característicos de la vegetación de la Europa occidental de hace tres millones de años es que estaba caracterizada por bosques de laurel (laurisilva) de hoja perenne como las que en la actualidad se encuentran en el sureste de China o en el delta del Mississippi (EE UU).
Los científicos han reconstruido el paisaje del yacimiento del Camp dels gracias a las abundantes huellas de restos vegetales, sobre todo hojas y frutos, que han quedado atrapadas en sus sedimentos.
El estudio ha permitido distinguir la existencia de una vegetación acuática, con plantas que vivían sumergidas en zonas poco profundas y someras. Otra vegetación documentada es la del bosque de riera con chopos, y sauces, entre otros, y, finalmente, un laurisilva donde además de laureles, se encuentran encinas, acebos y algunos árboles caducifolios como los nogales.
Es en este contexto ambiental donde los tapires encontraron las condiciones idóneas para vivir. Estos animales son mamíferos muy corpulentos que basan su alimentación en hojas y frutas, disponibles durante prácticamente todo el año.