La tropical alga caulerpa, la australiana acacia negra o el americano jacinto de agua, entre otros, son especies invasoras en Europa que comparten patrones biológicos como la abundancia, la extensión geográfica y la amplitud del hábitat, fundamentales para entender su éxito. Así lo revela un estudio internacional con participación del Real Jardín Botánico de Madrid.
Las especies invasoras no solo reducen la biodiversidad de nuestro medio natural, propagan enfermedades o causan severas molestias en nuestra sociedad, sino que también causan daños económicos millonarios.
Según un estudio llevado a cabo de manera conjunta por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), en 2017 esas pérdidas económicas ascendían a 12 billones de euros en Europa, mientras que España gasta más de 50 millones de euros únicamente por su extracción mecánica, sin tener en cuenta otros daños sobre la agricultura, la ganadería y los espacios naturales protegidos.
Ahora un trabajo internacional en el que han participado investigadores de 27 países y publicado en la revista PNAS señala que “la abundancia local, la extensión geográfica y la amplitud ecológica son tres dimensiones que se han identificado en plantas invasoras como la tropical alga caulerpa, la australiana acacia negra o el americano camalote que confirman su éxito como especies invasoras”, indica Pablo Vargas, investigador del CSIC en el Real Jardín Botánico (RJB) de Madrid, que ha participado en este estudio.
El mismo estudio apunta que las especies invasoras comparten muchas características con las condiciones que las especies nativas necesitan para progresar.
La participación botánica del RJB-CSIC ha consistido en analizar unas 11.000 especies nativas y 600 introducidas en Europa para determinar las características dispersivas de sus frutos y semillas. “A pesar de que numerosos frutos y semillas tienen ciertas características que favorecen su dispersión natural a larga distancia, no parecen haber sido favorecidos en la expansión de las especies invasoras. Por el contrario, la dispersión mediada por las actividades humanas han sido más determinantes”, concreta Vargas.
Ya en 2018, Vargas alertó en el Congreso de los Diputados sobre las graves consecuencias de las invasiones biológicas. Durante su comparecencia el investigador del RJB-CSIC llamó la atención sobre las consecuencias catastróficas que ciertas especies invasoras han causado, siguen causando y causarán, si no se pone remedio, en la biodiversidad, la salud y la economía españolas.
Referencia:
Trevor S. Fristoe et al. “Dimensions of invasiveness: links between abundance, geographic range size and habitat breadth in Europe's alien and native floras”. PNAS