Investigadores del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC), liderados por Luisa María Lara, desarrollan un proyecto de excelencia dirigido a analizar los datos de algunas de las misiones más importantes de exploración espacial en las que participa el centro (Mars y Venus Express, Cassini-Huygens Rosetta), y a diseñar el hardware de un altímetro láser especial para la sonda BepiColombo, una de las primeras misiones de observación de Mercurio.
Mercurio es uno de los planetas más misteriosos del Sistema Solar. Los observadores de la Antigua Grecia lo llamaban de dos formas: Apolo cuando era visible al amanecer; y Hermes cuando lo era al anochecer. Sin embargo, los astrónomos griegos se dieron cuenta que se referían al mismo cuerpo celeste, siendo Pitágoras el primero en proponer la idea.
Miles de años después, el conocimiento de este planeta rocoso, como la Tierra, no es un reto por explorar, sino que también se trata de un reto de alta capacidad tecnológica: su órbita está mucho más cerca que la terrestre al Sol y para estudiar in situ sus particularidades una sonda deberá de recorrer más de 90 millones de kilómetros.
"El estudio de Mercurio nos debe proporcionar los conocimientos fundamentales para sentar las bases de una misión de aterrizaje. La comprensión de Mercurio proporcionará un salto cualitativo en la comprensión de la formación y evolución del Sistema Solar", subraya la investigadora. BepiColombo está formada por dos sondas: MPO (Mercury Planetary Orbiter) y el MMO (Mercury Magnetospheric Orbiter).
La participación del grupo del IAA se centra en el desarrollo del hardware del altímetro láser BeLa. El objetivo es establecer una referencia aproximada de la superficie de Mercurio, estudiar sus variaciones topográficas y proporcionar un modelo digital del terreno que será comparado con otro instrumento, MORE, lo que permitirá obtener información de la estructura interna, la geología, la tectónica y la edad de la superficie del planeta.
En este proyecto participan, asimismo, expertos de la Universidad Rey Juan Carlos, del Instituto Andaluz de Ciencias de la Tierra (CSIC) y la Universidad de Alicante.
Marte y Venus comparten protagonismo en esta misión. El grupo de Luisa María Lara trabaja sobre la ingente cantidad de datos que proporcionan las sondas Mars y Venus Express. El objetivo es conocer más de cerca la abundancia de los gases mayoritarios, la presión y temperatura de estas enrarecidas atmósferas.
Para ello, hacen uso del Espectrómetro Planetario Fourier (PFS) a bordo de la sonda. "Queremos ver los modelos de transferencia radiativa de la atmósfera -incluidos los aerosoles-, la detección de compuestos minoritarios y el análisis de los diferentes espectros obtenidos".
La misión Rosetta es otro de los ejes de la investigación que dirige Luisa María Lara. El objetivo concreto del proyecto de excelencia es realizar mediciones in situ de la superficie del cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko. La última de las tareas del grupo de Luisa María Lara tiene relación con el estudio de la atmósfera de Titán.
Dos artículos basados en datos de la nave Cassini de la NASA, publicados en 2010, y que escrutan la compleja actividad química en la superficie de Titán, propusieron que los rastros químicos encontrados podrían respaldar la defensa de una exótica forma de vida primitiva, o precursora de la vida. De acuerdo con una teoría propuesta por los astrobiólogos, las firmas encajan con dos condiciones necesarias e importantes para una "vida basada en el metano".
El proyecto de excelencia Exploración in situ de los cuerpos del Sistema Solar ha recibido un incentivo de la Consejería de Economía, Innovación y Ciencia de 569.000 euros.