La norma fija objetivos para la reducción de estos desechos y propone indicaciones para su gestión y tratamiento. Además, establece un nuevo régimen sancionador para el abandono de basuras y la quema no autorizada de desperdicios agrarios.
El Congreso de los Diputados ha dado este jueves luz verde definitiva a la Ley de Residuos y Suelos Contaminados para una economía circular, que fija nuevos objetivos de reducción y prohíbe la venta de productos de plástico de un solo uso, entre otros cambios.
La norma entrará en vigor una vez se publique en el Boletín Oficial del Estado y reemplazará la de residuos vigente desde 2011. Esta nueva ley es la pieza principal del paquete normativo en materia de economía circular y residuos, donde además de actualizar la normativa de residuos, se aborda uno de los principales retos ambientales de la actualidad: los plásticos de un solo uso.
“Viene a completar el trabajo realizado a lo largo de la legislatura, en la que, además de la Estrategia Española de Economía Circular y su Primer Plan de Acción, se han aprobado ya seis reales decretos en materia de residuos”, ha destacado la vicepresidenta y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera.
La nueva ley establece nuevas indicaciones para la gestión de desechos. Por un lado, se deberán establecer nuevas recogidas separadas obligatorias para biorresiduos, textiles, domésticos peligrosos, aceites de cocina usados y voluminosos para su posterior tratamiento diferenciado, bien mediante preparación para la reutilización o mediante el reciclado.
Además de las ya existentes para el papel, los metales, el plástico y el vidrio, la nueva ley introduce un calendario de implantación de esta división de residuos para su preparación para la reutilización, reciclado y valorización, según indica el Miteco en un comunicado.
Así, los biorresiduos de origen doméstico deberán recogerse separadamente a partir de julio de 2022 en las entidades locales con población superior a cinco mil habitantes; y a partir de enero de 2024 para el resto de las entidades locales. En el caso de residuos textiles, aceites de cocina usados, residuos domésticos peligrosos y los voluminosos, su recogida separada deberá estar implantada a partir de 2025.
La nueva ley pone coto al uso de plásticos de un solo uso, con medidas enfocadas a la reducción de este material en envasados, la sensibilización, el marcado y el fomento del ecodiseño. También restringirá la fabricación y uso de determinados productos de plástico no reutilizables, como cubiertos, platos o pajitas, entre otros.
En este sentido, la norma introduce un impuesto estatal a los envases de plástico de usar y tirar, para avanzar en prevención y en la reducción de su utilización en el territorio español.
También refuerza las acciones destinadas a trazar la gestión de residuos de este material, desde que es generado hasta su completo tratamiento.
Esta nueva normativa también incorpora una revisión del régimen sancionador, que incluye nuevas infracciones, como el abandono de basura dispersa (littering), la quema no autorizada de residuos agrarios y silvícolas, y el no establecimiento de recogidas separadas.
Por último, existe una disposición específica sobre el amianto, que obliga a los ayuntamientos a elaborar un censo de instalaciones y emplazamientos con amianto con un calendario para su retirada. Además, se establece un impuesto —cuya aplicación dependerá de las comunidades autónomas— a la incineración y depósito de residuos en vertedero.