Un nuevo estudio, publicado en el Journal of Neuroscience, apunta a un posible futuro tratamiento de la discapacidad cognitiva en personas con síndrome de Down. Mediante el bloqueo selectivo de ciertos receptores de los circuitos inhibidores GABA del cerebro, los investigadores han logrado revertir déficits neurológicos clave en un modelo de ratón.
Científicos de la Universidad de Cantabria, del Instituto Cajal y de la empresa Roche han publicado los resultados de un estudio que apunta a un posible futuro tratamiento de la discapacidad cognitiva en personas con síndrome de Down.
Mediante el bloqueo selectivo de ciertos receptores de los circuitos inhibidores GABA del cerebro, los investigadores han logrado revertir déficits neurológicos clave en un modelo murino del síndrome de Down, el ratón trisómico Ts65Dn.
La conclusión del estudio, publicado en el Journal of Neuroscience, abre la puerta a futuros nuevos tratamientos que mejorarían capacidades cognitivas como la memoria o el aprendizaje, asociadas no solo al síndrome de Down sino también a otras enfermedades neurológicas.
La farmacéutica ha comenzado ya a realizar pruebas con personas para administrarles el compuesto químico desarrollado y probar la correlación de los resultados obtenidos en animales.
Los receptores cerebrales GABA-A α5 (alfa 5) son los que intervienen solo en partes del cerebro relacionadas con esas capacidades y sobre ellos actúa el producto de Roche, denominado modulador alostérico negativo. Este compuesto logra inhibir la acción de esos receptores sin afectar a otros, lo que evita efectos secundarios no deseados.
Regeneración neuronal
Los investigadores también han demostrado que el tratamiento con el compuesto mejora las anomalías en el número y funcionamiento de ciertas neuronas cerebrales en el modelo animal. En ratones Ts65Dn adultos, el compuesto logra restablecer el número de nuevas neuronas que nacen (neurogénesis), asimilando su producción a la del cerebro de un ratón normal.
Todo ello confirma que la modulación selectiva de los receptores GABA-A α5 en regiones clave del cerebro permite lograr importantes mejoras cognitivas y conductuales, reduciendo las señales inhibidoras entre las células nerviosas. “No es el único fármaco que se está probando para lograr mejoras en el síndrome de Down, pero nuestros datos son los más espectaculares”, explica Jesús Flórez, asesor de la Fundación Síndrome de Down de Cantabria y director de Canal Down21.
Ahora bien, Noemí Rueda, investigadora de la Universidad de Cantabria, explica que el avance “afecta a algunos de los problemas asociados al síndrome de Down, pero no a todos”. Sin embargo, para los autores los resultados preclínicos abren la puerta a posibles mejoras posteriores relacionadas con estos otros aspectos.
RG 1662 es el primer compuesto diseñado específicamente para restablecer en seres humanos el equilibrio entre inhibición y excitación en los sistemas cerebrales que se ven alterados en el síndrome de Down. “Nuestra investigación puede ofrecer un nuevo enfoque terapéutico para mejorar las capacidades de comunicación de las personas con este síndrome y, en último término, ayudarles a ser más independientes”, añade Luca Santarelli, director de Neurociencias de Roche.
Opciones terapéuticas
El síndrome de Down es una de las anomalías cromosómicas más frecuentes: afecta a uno de cada 650-1.000 nacidos vivos. En todo el mundo, cada año nacen unos 30.000 niños con síndrome de Down. Las capacidades de las personas con este síndrome son muy variables, pero la mayoría presenta una discapacidad cognitiva que puede limitar su independencia y plantearles dificultades educativas y laborales. Actualmente no existen opciones terapéuticas para tratar esta discapacidad.
Hasta la fecha, Roche ha ensayado su modulador en voluntarios sanos, que han tolerado bien el tratamiento. También se están llevando a cabo tres estudios clínicos de fase temprana en el ámbito del síndrome de Down, que se extenderán a lo largo de este año: uno para analizar la seguridad y tolerabilidad de la molécula; un estudio no farmacológico para evaluar la cognición y las conductas adaptativas en adolescentes y jóvenes; y otro para evaluar la expresión de receptores y su ocupación por la molécula investigada mediante imágenes por tomografía de emisión de positrones (PET).
Más información: www.down21.org / www.roche.com
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