En una conferencia de la Fundación BBVA/CSIC

El cambio climático amenaza la capacidad del ecosistema marino para equilibrar la biosfera

El plancton oceánico produce más del 50% del oxígeno del planeta y secuestra cerca de 2.000 millones de toneladas de CO2 al año regulando así los ciclos de carbono, el clima y el balance de calor de la Tierra. Sin embargo, investigadores del CSIC junto a expertos internacionales han anunciado hoy que el calentamiento global amenaza con alterar el equilibrio de la biosfera.

Diatomeas, organismo marinos de tamaño microscópico. Foto: Fundación BBVA.
Diatomeas, organismo marinos de tamaño microscópico. Foto: Fundación BBVA.

Durante centenares de millones de años, la producción de oxígeno y de CO2 ha estado equilibrada, incluso a pesar de importantes perturbaciones y cambios en la estructura del ecosistema del océano. Así, cada año, los microorganismos del plancton del océano abierto producen cerca de 270.000 millones de toneladas de oxígeno cada año.

Para los investigadores que han participado en la conferencia de la Fundación BBVA, el plancton oceánico siempre ha desempeñado una labor esencial en el funcionamiento de la biosfera, en la evolución de sus propiedades químicas y en la regulación de la composición de la atmósfera. “Es el motor de la evolución de la Tierra”, han afirmado.

No obstante, las presiones actuales podrían “romper este equilibrio y afectar drásticamente la capacidad del ecosistema marino para mantener el equilibrio de la biosfera”, ha destacado William Berelson de la Universidad de California del Sur. El investigador del CSIC, Carlos Duarte, ha advertido que “el calentamiento climático podría estimular la producción de CO2 por la respiración del plancton y convertir a estos microorganismos en una fuente de CO2 a la atmósfera”.

Los cambios que provocaría el calentamiento global en la estructura del ecosistema marino pueden tener un gran impacto en la concentración atmosférica de CO2 y “dañar seriamente los mecanismos que han permitido al océano estabilizarse tras perturbaciones en el pasado”, han apuntado los científicos.

Otra de las consecuencias del calentamiento global, aparte del incremento de la concentración de los gases de efecto invernadero, es la agrupación de aerosoles (las partículas sólidas en la atmósfera) que enfrían el planeta. Según Rafel Simó, investigador del Instituto de Ciencias del Mar del CSIC en Barcelona, “estudios con datos obtenidos desde satélites orbitales muestran que más de un 50% de la atmósfera terrestre contiene principalmente aerosoles de origen humano durante buena parte del año, aunque es de prever que la atmósfera estará cada vez más limpia de partículas a medida que introduzcamos tecnologías de combustión limpias y fuentes de energía alternativas”.

Para combatir el cambio climático, se han propuesto opciones de geoingeniería como el estímulo de la bomba biológica mediante la fertilización artificial del océano con hierro en regiones donde actualmente éste limita el crecimiento de los organismos marinos. Pero, Jorge Sarmiento, director del Programa de Ciencias del Océano y Atmosféricas de la Universidad de Princeton ha señalado que “el análisis de esta propuesta, realizado utilizando nuevos modelos que reproducen la forma en la que la bomba biológica regula el intercambio de CO2 entre la atmósfera y el océano, demuestra que la adición de hierro no redundará en mejoras notables y que, por el contrario, podrían producir efectos no deseados”.

Por otra parte, los desequilibrios que crearía el cambio climático en la formación y destrucción de materia orgánica pueden causar “importantes perturbaciones” en la composición de la atmósfera y en el clima. “Los cambios en el metabolismo del océano pueden afectar la evolución futura del clima, acelerando el calentamiento del planeta”, ha explicado Duarte.

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Fuente: SINC
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