Un equipo de investigación integrado por científicos de las universidades de Salamanca, Complutense de Madrid, las canadienses de Victoria y STFX y el Museo de Historia Natural de Londres ha establecido de manera precisa la edad de algunos de los granitos de la península Ibérica. Gracias a este trabajo se sabe que la mayor parte de esta roca que se emplea como material de construcción y, por lo tanto, la que tiene mayor valor económico, ronda los 300 millones de años de antigüedad. El trabajo ha sido publicado recientemente en la revista científica 'Tectonics'.
"La península Ibérica es muy rica en granitos, rocas formadas a partir de material fundido que cristalizó en profundidad y que está formado básicamente por tres minerales, cuarzo, feldespato y mica", afirma el investigador de la Universidad de Salamanca Gabriel Gutiérrez-Alonso en declaraciones a DiCYT. Además, recuerda la importancia económica de este material, cuyo primer productor europeo es la península Ibérica: el granito es una de las fuentes de riqueza de nuestro país con una producción de más de 1.300.000 toneladas en 2009, y una volumen de exportaciones en este año de 430.000 toneladas que supusieron un valor aproximado de 110 millones de euros. A esto hay que sumar el hecho de que, como elemento ornamental de muchos edificios, forma parte del patrimonio histórico.
Los granitos más antiguos de la península se formaron hace 600 millones de años, localizados en Asturias. Otro momento de generación ocurrió hace 500 millones de años, cuando parte del continente en el que estaba Iberia se desgajó para abrir un océano que los geólogos denominan Reico. Este océano se cerró posteriormente causando la colisión de dos grandes masas continentales, Laurencia y Gondwana, para dar lugar a la cordillera montañosa Orogeno Varisco, cuyos restos configuran la arquitectura geológica de buena parte de la península. Durante la colisión se generaron gran cantidad de granitos con edades entre 340 y 320 millones de años. Sin embargo, estas rocas no son susceptibles de ser usados como roca ornamental por hallarse deformados.
Sin embargo existe un episodio de formación de granitos posterior, entre 310 y 285 millones de años que dio lugar a la mayor parte de los cuerpos de granitos que son explotados en la actualidad y que están asociados a mineralizaciones explotadas en busca de wolframio, estaño y oro. Precisamente, son estos granitos los que han centrado el interés de los investigadores, para calcular la cronología de su formación y el lugar en el que se formaron en relación con otro evento geológico simultaneo: la doblez de la cadena montañosa anteriormente formada que adquirió una forma de herradura y que se conoce en la actualidad como el Arco Ibero-Armoricano.
El circón, un "reloj atómico"
Los resultados de este estudio han sido publicados recientemente en 'Tectonics' (revista de la American Geophysical Union) y se basan en medidas realizadas gracias a un mineral llamado circón (silicato de circonio con cantidades apreciables de los elementos radiactivos uranio y torio, U y Th), que se forma al mismo tiempo que los granitos se solidifican. "Este mineral se utiliza como un reloj atómico en el que se puede medir la edad desde su formación mediante la tasa de desintegración de isótopos radioactivos que existen en ínfimas cantidades en el mismo a medida que los átomos de uranio se van convirtiendo en plomo", comenta Gabriel Gutiérrez-Alonso.
Para obtener estas edades se utilizó un sofisticado laboratorio situado en el Museo de Historia Natural de Londres en el cual a estos minerales, de un tamaño en torno a 100-300 micras (1 a 3 décimas de milímetro) se les volatiliza una porción mediante un láser acoplado a un microscopio y ese material se analiza en un espectrómetro de masas para establecer las proporciones entre los isótopos de uranio y plomo, las cuales mediante unos cálculos nos proporcionan la edad a la que se formó ese mineral.
Interesante periodo geológico
Los resultados de las 19 edades calculadas, junto con otras obtenidas previamente por otros autores, indican que todos estos granitos, cuyo origen es posterior a la formación de la cadena de montañas Variscas, tienen unas edades entre 310 y 285 millones de años, un periodo muy interesante en la historia geológica de la península Ibérica, ya que es cuando la gran cordillera montañosa causada por la colisión de Laurencia y Gondwana es doblada hasta adquirir una forma de herradura.
Según los investigadores, esta doblez es la causante de grandes cambios bajo la capa más superficial de la Tierra, en lo que se conoce como manto litosférico entre 30 y 150 kilómetros de profundidad. "Esta porción de nuestro interior fue remplazada por material más profundo y más caliente, proveniente de lo que se conoce como astenosfera, lo que hizo que se parte de nuestro sustrato se fundiese para dar lugar a los granitos", explica el científico de la Universidad de Salamanca.
Para ayudar a divulgar este trabajo, los investigadores han presentado los resultados mediante una animación en la cual se puede ver que, mientras se dobla la cadena montañosa, se emplazan los granitos en distintos lugares, siguiendo un patrón que ayuda a explicar las conclusiones obtenidas en relación con lo que ocurre en profundidad.