El inventor del sudoku se plantea investigar la actividad cerebral que provoca este juego

El inventor del sudoku y del nurikabe, Maki Kaji, se ha planteado en un encuentro del Instituto de Neurociencias de Castilla y León (Incyl) la posibilidad de iniciar líneas de investigación neurológicas y psicológicas a partir de los populares juegos de inteligencia que entretienen a millones de personas en todo el mundo.

El inventor del sudoku se plantea investigar la actividad cerebral que provoca este juego
Un nurikabe gigante instalado en el Incyl. Foto: DiCYT.

¿Se puede medir de forma científica la actividad que se genera en el cerebro? ¿Los juegos de inteligencia se diferencian de otro tipo de acciones mentales? ¿Crean nuevas conexiones neuronales? Estas y otras preguntas se han puesto sobre la mesa e.

"Vuelvo a Salamanca y siempre aprendo cosas nuevas", afirma Maki Kaji. El japonés asegura que el único propósito de haber creado más de 200 juegos de inteligencia ha sido el de divertirse. "En contra de lo que algunos creen, no soy un gran matemático", afirma, a pesar de que muchos investigadores parecen dispuestos a analizar las implicaciones del Sudoku o el Nurikabe desde un punto de vista científico.

Ken José Thomson, organizador del programa de actividades de Maki Kaji en Salamanca, en el que se ha incluido una visita a la Facultad de Ciencias de la Universidad de Salamanca, asegura que el japonés "no es un intelectual", sino "un jugador profesional" y afirma que es sorprendente la complejidad que se esconde detrás de una actividad para la que sólo se necesita lápiz y papel dentro de un mundo completamente tecnificado.

Sin embargo, "por primera vez la Universidad y los científicos están valorando tu trabajo", le ha dicho, ya que los juegos que ha desarrollado "se aplican en estudios clínicos y pedagógicos e incluso como arma terapéutica en los hospitales", a pesar de que no existen investigaciones que expliquen sus efectos.

"Podemos asimilar lo que sucede en el cerebro a lo que pasa con otras actividades intelectuales que requieren concentración, como hacer música", ha apuntado Vicente Molina, investigador del Incyl. Además, se trata de una tarea cuyo desarrollo "inhibe la presentación mental de otras tareas más molestas y de preocupaciones", ha añadido, en referencia al hecho de que para muchas personas realizar un Sudoku resulta una actividad relajante.

Muy difícil de medir

En este sentido, Miguel Ángel Merchán, director del Incyl, ha profundizado en el debate científico acerca de los posibles efectos de los juegos de inteligencia. "Creemos que estimulan la actividad cortical, ya que se trata de fijar la atención de forma selectiva en una actividad", ha comentado. Sin embargo, ha destacado la complejidad de analizar este tipo de situaciones, ya que "incluso la actividad de un cerebro dormido es muy alta".

En cualquier caso, sí está convencido de que las repercusiones cerebrales no van más allá de la memoria a corto plazo. "No se trata de fenómenos que modifiquen el cerebro de forma global, sino que afectan a determinadas áreas de procesamiento del conocimiento matemático", apunta. En cualquier caso, Merchán tampoco considera que existan grandes diferencias entre la manera que tiene el cerebro de procesar números o letras.

"Estamos lejos de llegar a medir este tipo de conocimientos", ha reconocido el director del Incyl, aunque señala a las técnicas de neuroimagen como las cercanas a conseguirlo. "Nos permiten ver cierta actividad cerebral, aunque hay que tomarse esto con cautela, en realidad lo que vemos son distintos colores según el consumo de glucosa en unas partes del cerebro o en otras, pero esto no significa gran cosa ni nos informa sobre neurotransmisión", es decir, sobre las conexiones que establecen las neuronas entre sí.

Fuente: DiCYT
Derechos: Creative Commons
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