El miedo a un posible depredador pesa más que el frío en las estrategias invernales de las aves forestales

Un estudio del Museo Nacional de Ciencias Naturales ha analizado el comportamiento invernal de las aves forestales de la Sierra de Guadarrama. Según sus resultados, para estas aves protegerse frente a la depredación es casi tres veces más importante que buscar zonas cálidas para alimentarse.

El miedo a un posible depredador pesa más que el frío en las estrategias invernales de las aves forestales
Paraje de la Estación Biológica de El Ventorrillo, en la Sierra de Guadarrama, donde se realizó el estudio. En este bosque mixto las aves buscan las zonas donde la temperatura es mayor y existen refugios cercanos para huir del posible ataque de un depredador. / Luis M. Carrascal.

Investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN), del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), han descubierto que, para las aves forestales, el miedo a los depredadores es más determinante que la temperatura a la hora de desplazarse por el bosque en busca de alimento durante el invierno.

En el estudio han analizado las estrategias que siguen las especies forestales de pequeño tamaño para hacer frente al invierno de las zonas montañosas de clima continental como la Sierra de Guadarrama.

El invierno es una estación crítica para estas pequeñas aves forestales ya que la pérdida de calor corporal se dispara al disminuir la temperatura

El invierno es una estación crítica para estas pequeñas aves forestales ya que la pérdida de calor corporal se dispara al disminuir la temperatura y tienen que buscar estrategias que mejoren sus posibilidades de supervivencia invernal.

Sara Villén-Pérez, investigadora del MNCN, contextualiza el estudio: “A la hora de buscar alimento, las aves forestales prefieren utilizar entornos cálidos con refugios en los que protegerse de sus depredadores. Sin embargo, no siempre es posible encontrar lugares con ambas características y se ven obligadas a apostar por una de las dos estrategias”.

Estos pájaros son capaces de detectar variaciones mínimas de temperatura dentro de un bosque y buscan los enclaves más cálidos donde reducir la pérdida de calor corporal.

Sin embargo, frente a este beneficio térmico directo priorizan la elección de zonas con masas de vegetación densa donde refugiarse de los ataques de los depredadores, poco probables pero potencialmente letales.

“A pesar de la baja probabilidad de ser depredados el riesgo de un ataque es como un fantasma del que estas aves se protegen permanentemente”, comenta Villén-Pérez.

El estudio se centró en pequeños paseriformes (orden de aves que pueden agarrarse a ramas gracias a su disposición dactilar) como el herrerillo común, Cyanistes caeruleus, el trepador azul, Sitta europea, el carbonero garrapinos, Parus ater, el carbonero común, Parus major, o el herrerillo capuchino, Lophophanes cristatus.

Referencia bibliográfica:

Villén-Pérez, Sara; Carrascal, Luis M.; Seoane, Javier (2013) ‘Foraging patch selection in winter: a balance between predation risk and thermoregulation benefit’PLoS ONE 8(7): e68448. DOI: 10.1371/journal.pone.0068448.

Fuente: Museo Nacional de Ciencias Naturales
Derechos: Creative Commons
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