Aunque el murciélago de Bechstein se considera una especie eurosiberiana, según un estudio realizado por investigadores del departamento de Zoología y Biología Celular Animal de la Universidad del País Vasco esa distribución se podría deber, más que a razones bioclimáticas, a la transformación histórica de parte de su hábitat original. La investigación ha sido publicada en la revista Forest Ecology and Management.
El murciélago de Bechstein (Myotis bechsteinii) tiene una amplia distribución: desde la Península Ibérica hasta el Cáucaso, por el este, y hasta el sur de Escandinavia, por el norte. Sin embargo, es considerado como especie rara en toda su área de distribución.
“Esta escasez contrasta con su abundancia en el registro fósil del Pleistoceno tardío y Holoceno”, señala la doctora María Napal, primera autora del trabajo publicado en Forest Ecology and Management que indica que estos animales, aunque se consideran eurosiberianos, su distribución podría deberse más a razones bioclimáticas.
Según revela el registro fósil, el inicio y la consolidación de su declive coincidieron con la deforestación causada por la intensificación de la agricultura, y se relacionan también con temperaturas más frías y mayor humedad.
En el área mediterránea esta especie ha sido citada en muy contadas ocasiones, pero estudios recientes han revelado que puede ser localmente abundante en ciertas localidades. Sin embargo, en el norte de la península, donde el clima y la vegetación son más similares a las de Europa Central, centro de su distribución, resulta mucho más difícil de encontrar.
“Esto nos llevó a replantearnos el dogma tradicional de que M. bechsteinii es una especie eurosiberiana, limitada a los bosques templados de Europa Central y Occidental, y a preguntarnos si su distribución actual podría responder más bien a la historia de la pérdida de los bosques caducifolios en parte de su rango original”, explica Napal. “De hecho, la evolución de la vegetación en el transcurso del Holoceno fue diferente en el Mediterráneo y en el resto de Europa. En el Mediterráneo, la intensidad de la actividad humana, unida a una mayor aridez, provocaron la sustitución de la vegetación caducifolia por la vegetación xerófila típica”.
Para testar esa hipótesis, los investigadores de la UPV/EHU estudiaron la ecología de la especie en los dominios climáticos mediterráneo y atlántico de la Península Ibérica. Durante 4 campañas, murciélagos marcados con radiotransmisores fueron seguidos durante varias noches para descubrir sus refugios y definir sus áreas de caza. También describieron su dieta a partir del examen de excrementos, y caracterizaron los refugios, la estructura de la vegetación en los cazaderos, y la disponibilidad de presas potenciales.
Tanto en el dominio atlántico como en el mediterráneo, las observaciones fueron consistentes con los datos disponibles sobre la ecología de la especie. M. bechsteinii prefiere refugios excavados por pájaros carpinteros en el tronco de robles vivos, situados en el interior del bosque y cercanos a un punto de agua permanente.
Aparentemente, la selección de refugios está menos condicionada en el Mediterráneo; “las colonias fueron mucho más flexibles en cuanto a las variables relacionadas con el microclima de la cavidad —aislamiento, orientación o altura de la cavidad, tamaño de la entrada—, si bien la presencia de agua fue un factor más limitante”, comenta Napal. En ambas áreas las colonias cazaron en el interior del bosque, pero las distancias recorridas entre los refugios y los cazaderos fueron mayores en el Atlántico. Según Napal, esto podría explicarse por “una mayor fragmentación del hábitat o por una menor calidad del mismo, en términos, por ejemplo, de abundancia de presas”.
El estudio confirma que M. bechsteinii es un especialista forestal con un nicho ecológico relativamente estrecho, adaptado a cazar y refugiarse en bosques caducifolios templados. “Ambas áreas de estudio ofrecen condiciones que satisfacen las necesidades ecológicas de la especie, y podría incluso decirse que, contrariamente a nuestras expectativas, basadas en el área de distribución y los datos sobre la ecología de la especie disponibles hasta la fecha, en las localidades mediterráneas las condiciones son incluso más laxas que en el Atlántico”, apunta la investigadora.
“Nuestros datos sugieren que el patrón de distribución actual de M. bechsteinii en Europa refleja no solo los cambios climáticos acaecidos en los últimos miles de años, sino también la severa pérdida y degradación de bosques caducifolios en el Mediterráneo”, resume Napal. “Defendemos que la especie podría todavía encontrar condiciones óptimas en ciertos lugares del área mediterránea, si estos bosques estuviesen aún presentes”.
“Esta es una clara demostración del efecto que una historia prolongada de deforestación y degradación de los sistemas forestales puede tener en las poblaciones de especialistas forestales, como es el murciélago de Bechstein. Supone además un ejemplo de cómo los procesos históricos del paisaje pueden confundir o distorsionar la aparente relación entre la distribución de las especies y los factores eco-geográficos. No siempre es fácil distinguir el efecto de factores actuales e históricos, pero ignorar esta realidad puede llevarnos a extraer conclusiones erróneas sobre las necesidades ecológicas de ciertas especies, y, por tanto, a diseñar medidas de conservación inapropiadas”, concluye Napal.
Referencia bibliográfica:
Napal, M., Garin, I., Goiti, U., Salsamendi, E., Aihartza, J. Past deforestation of Mediterranean Europe explains the present distribution of the strict forest dweller Myotis bechsteinii. Forest Ecology and Management 293: 161–170. (2013) http://dx.doi.org/10.1016/j.foreco.2012.12.038