La información recogida por el satélite SMOS de la Agencia Espacial Europea (ESA) confirma que esta primavera ha sido excepcionalmente seca en Europa occidental en comparación con la de 2010. Así lo muestran los últimos datos, que también son de gran utilidad en aplicaciones destinadas a los ámbitos de la agricultura y la hidrología.
La misión de la ESA para el estudio de la Humedad del Suelo y de la Salinidad de los Océanos (SMOS, por sus siglas en inglés) lleva ya 18 meses en órbita, midiendo a escala global la humedad almacenada en el terreno y la salinidad de la superficie de los océanos. Estos datos son fundamentales para comprender mejor el ciclo del agua en nuestro planeta, y en particular los procesos de intercambio de agua entre la tierra y la atmósfera.
Aunque sólo una pequeña parte del agua del planeta se encuentra almacenada en el terreno, la humedad del suelo juega un papel muy importante en el ciclo del agua, regulando el intercambio de agua y energía entre la tierra y la atmósfera.
Esta variable de los sistemas climático y meteorológico encuentra una aplicación directa en los estudios hidrológicos, edafológicos, meteorológicos y ecologistas. La cantidad de agua almacenada por el terreno también determina el crecimiento de las plantas y la producción de las cosechas, por lo que esta información también resulta crucial en áreas prácticas como la agricultura.
Gran parte de la población ha recibido con agrado el tiempo especialmente seco y cálido de esta primavera. Sin embargo, la sequía está causando serios problemas a los agricultores y a los responsables de la gestión de los recursos hídricos, e incrementa el riesgo de incendios forestales.
Las autoridades locales de varios países, como Francia, Reino Unido o los Países Bajos, han introducido restricciones en el riego de las cosechas. En el cantón suizo de Zúrich se han retirado las truchas del río Töss antes de que su hábitat se seque por completo, y en los Países Bajos se prohibieron las barbacoas durante la Semana Santa.
Estos mapas de Francia, generados por CESBIO con los datos recogidos por SMOS, permiten observar el contraste en la humedad del terreno en abril de 2010 y en el mismo mes de este año. Los colores azul y verde representan las zonas más húmedas, y los tonos amarillos las más secas.
Antes del lanzamiento de SMOS, la comunidad científica disponía de muy pocos datos a escala global de esta importante variable. La misión está cubriendo esta necesidad, a la vez que estudia la salinidad de la superficie de los océanos.
La humedad del suelo es fundamental para realizar predicciones de la temperatura, la humedad ambiente y el nivel de precipitaciones. El objetivo de la misión SMOS es monitorizar esta variable a escala global cada tres días. Estos datos, introducidos en modelos matemáticos, permiten estimar el contenido de agua en el terreno hasta una profundidad de uno o dos metros.
Esta capa es lo que se conoce como ‘zona de raíces’, que es la reserva de la que se alimentan las plantas, que terminarán liberando el agua a la atmósfera a través de la transpiración de sus hojas.
La estimación de la cantidad de agua almacenada en la zona de raíces es de gran utilidad para la agricultura y para mejorar las predicciones meteorológicas a corto y medio plazo.