El número de galaxias de nuestro universo es de al menos dos billones, lo que supone diez veces más que los hasta 200 mil millones de galaxias estimados hasta ahora. Los nuevos resultados, obtenidos con los datos del Hubble y otros telescopios, también han servido a los astrónomos para ofrecer una respuesta a por qué el cielo nocturno es oscuro.
Hasta ahora los astrónomos estimaban que el universo observable contenía entre 100 y 200 mil millones de galaxias, pero las últimas observaciones del telescopio espacial Hubble y otros instrumentos indican que al menos tiene diez veces más, es decir, unos dos billones (2 x 1012) de galaxias.
Mediante modelos matemáticos y una exhaustiva revisión de datos astrofísicos, un equipo internacional de investigadores liderado desde la Universidad de Nottingham (Reino Unido) ha deducido que alrededor del 90% de las galaxias son tan débiles o están tan lejos que todavía no las hemos visto.
"Es alucinante pensar que el 90% de las galaxias del universo todavía no se haya estudiado; quién sabe qué propiedades interesantes nos encontraremos cuando las observamos con la próxima generación de telescopios", explica Christopher Conselice, la investigadora principal del trabajo.
Los análisis también revelan que las galaxias no se han distribuido de forma uniforme a lo largo de los más de 13.000 millones de años del universo. De hecho, parece que hubo un factor de 10 galaxias más por unidad de volumen cuando el universo tenía sólo unos pocos miles de millones de años de edad en comparación con la actualidad. La mayoría de esas galaxias fueron relativamente pequeñas y débiles, y muchas se fusionaron, lo que redujo drásticamente su número.
Esta disminución a lo largo del tiempo ayuda a resolver una antigua paradoja astronómica, conocida como paradoja de Olbers: ¿Por qué el cielo es oscuro por la noche? (si se supone que en un universo infinito en cada punto del cielo hay parte de una galaxia con sus estrellas y debería brillar).
Según los autores, la respuesta estaría en que la mayoría de estas galaxias son invisibles para el ojo humano, e incluso para los telescopios modernos, debido a una combinación de factores: desplazamiento al rojo de la luz, la naturaleza dinámica del universo y la absorción de la luz por el polvo y gas intergaláctico. Todos estos factores se combinan para garantizar que el cielo nocturno siga siendo, en su mayor parte, oscuro.