Han avanzado en el tratamiento del cáncer de próstata y de la esclerosis múltiple

Emplean antidepresivos para disminuir los efectos negativos de ciertas enfermedades

El Laboratorio de Estrés y Neuroinmunología de la Universidad de Santiago (USC) coordinado por Manuel Freire-Garabal Núñez ha analizado la respuesta biológica del estrés, así como en el diseño de estrategias preventivas y terapéuticas destinadas a combatir sus efectos adversos.

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El equipo de investigación coordinado por Manuel Freire-Garabal. Foto: USC.

El coordinador del grupo, Manuel Freire-Garabal Núñez, explica que el estrés ejerce un efecto sobre determinadas hormonas, y provoca su incremento. Es el caso de los corticoides, que son un grupo de hormonas inmunosupresoras, es decir, que anulan la respuesta inmunitaria del organismo. El investigador señala que entre los efectos secundarios de los corticoides destaca el riesgo de padecer infecciones, así como de que se produzca un aumento de células cancerosas.

El experto indica que el estrés provoca ansiedad, lo cual altera el sistema inmunitario y, como consecuencia, se producen enfermedades relacionadas con el mismo. En este sentido, el equipo detectó que los individuos que están sometidos a un elevado nivel de estrés tienen más probabilidades de padecer cáncer, ya que las hormonas actúan como intermediarias. Eso los llevó a abrir una línea de investigación centrada en el empleo de ansiolíticos y antidepresivos. Lograron que las hormonas no aumentasen tanto, para evitar su efecto dañino sobre el sistema inmunitario.

Los científicos sometieron a animales de experimentación a los diferentes tipos de estrés que pueden afectar al hombre, como el psicosocial, el postquirúrgico o el sonoro, entre otros. Detectaron que aumentan las hormonas vinculadas con el estrés, al tiempo que el sistema inmunitario se debilita y se incrementan los casos de cáncer. No obstante, los animales estresados tratados con ansiolíticos no desarrollan infecciones ni cáncer.

Después de muchos experimentos, el equipo llegó a la conclusión de que los ansiolíticos y los antidepresivos mejoran el estado general de los pacientes y evitan las consecuencias negativas que provocan ciertas enfermedades desde el punto de vista psíquico. Así, aseguran que es positivo tomar estos medicamentos para esquivar los estados somáticos desencadenados por el estrés.

El tratamiento del estrés postquirúrgico para evitar la metástasis

Una de las aplicaciones más interesantes de los resultados de estos estudios es el tratamiento de pacientes operados de un tumor, de cara a evitar una futura metástasis. Manuel Freire-Garabal explica que “el sistema inmunitario destruye las células tumorales y, si el hecho de ingresar en un hospital, pasar por un quirófano o someterse a sesiones de quimioterapia provocan un estrés negativo y causan inmunodepresión, el riesgo de metástasis aumenta”. Por esta razón los investigadores defienden el tratamiento con ansiolíticos antes, durante y después de este tipo de intervenciones.

Los investigadores lograron demostrar con animales que hay más riesgo de metástasis en ratones estresados que no fueron tratados con antidepresivos, mientras que los animales a los que se les administró este tipo de medicamentos presentan más posibilidades de recuperación. A raíz de los resultados obtenidos por el equipo de la USC, algunos hospitales ya han puesto en práctica protocolos de actuación con el propósito de abordar el estrés postquirúrgico.

Avances en el cáncer de próstata

Freire-Garabal indica que las células de algunos tipos de cáncer reaccionan ante la adrenalina, como es el caso del cáncer de próstata, de modo que la adrenalina se convierte en un buen anticáncer porque evita la metástasis. “Si esta enfermedad se trata con ansiolíticos y antidepresivos, se impide la formación de nuevos vasos sanguíneos por parte de las células tumorales, evitando así que el cáncer pueda avanzar” -manifiesta el profesor-.

Los investigadores de la USC ya fueron capaces de bloquear el cáncer de próstata en animales, con un antagonista que no afecta al cerebro, evitando la metástasis. “No se logra la cura pero se mejora la perspectiva de vida de los pacientes” -asegura el coordinador del equipo-.

En la realización de estos estudios, los investigadores de la Universidad de Santiago también provocaron esclerosis múltiple en ratones estresados. Comprobaron que la enfermedad aparece antes y provoca una mayor mortalidad que en el caso de los ratones no estresados. Según los datos aportados por el equipo, lograron frenar el desarrollo de esta dolencia con el empleo de ansiolíticos.

Fuente: USC
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