El investigador abulense Emilio García Robledo trabaja en un proyecto de la Universidad de Cádiz cuyo objetivo es estudiar los crecimientos masivos de macroalgas en la bahía de Cádiz. En estos momentos, este joven investigador abulense centra sus esfuerzos en un proyecto que lleva por nombre, Microbentos 2. Esta investigación se realiza bajo el amparo del Ministerio de Ciencia e Innovación y del área de Ecología de la Universidad de Cádiz y se trata de un estudio que cuyas conclusiones les indican la existencia de una relación cada vez mayor entre la contaminación que sufren las aguas marinas y la proliferación desmesurada en las mismas de algas.
Con el objetivo de aclarar aspectos relacionados con esta relación, García Robledo ha trabajado en los laboratorios de la Universidad de Aarhus, en Dinamarca, dentro del único grupo de investigadores españoles que emplea microelectrodos selectivos, una metodología que les permiten tener una información a muy alta resolución de la distribución de oxígeno entre la interfase entre el agua del mar y el sedimento.
“Mi investigación se centra en el estudio del efecto de las acumulaciones de macroalgas marinas sobre los ciclos biogeoquímicos que se dan las zonas costeras y como éstas afectan a las comunidades microbianas que habitan en los sedimentos intermareales y a los intercambios de nutrientes entre el sedimento y el agua”, comienza a explicar a DiCYT el investigador abulense, que apunta que “los ciclos biogeoquímicos, como su nombre indica, incluyen los procesos biológicos, químicos y geológicos que afectan a los elementos químicos de importancia para los organismos tales como carbono, nitrógeno, oxigeno, fósforo, hierro, sílice o azufre”. En definitiva, García Robledo tiene claro que las macroalgas afectan a muchos de estos procesos, cambiando de forma importante la funcionalidad de los ecosistemas costeros.
De entre los efectos que este fenómeno conlleva, García Robledo destaca el riesgo que implica para otras especies, ya sean animales o vegetales. “Su efecto sobre el ecosistema depende de la intensidad y la duración: si las macroalgas tienen una amplia distribución y permanecen el tiempo suficiente pueden desplazar a otras especies tanto de algas como de plantas marinas por competencia”. Estas macroalgas suelen flotar, impidiendo el paso de la luz y el crecimiento del resto de especies. Otro fenómeno que es común es la crisis distrófica, producida porque las algas caen al fondo y consumen el oxígeno.