La revista BMJ Global Health ha publicado un artículo de opinión que acuña este término para definir la destrucción intencionada de sistemas sanitarios como táctica de guerra. Los autores denuncian la instrumentalización de la atención médica en conflictos como el de Gaza y piden a la comunidad médica internacional que se pronuncie ante esta forma de violencia.
Un artículo de opinión publicado en la revista BMJ Global Health llama a la creación del término ‘sanicidio’ para definir la destrucción deliberada de los servicios y sistemas de salud como acto de guerra.
Según el texto, firmado por investigadores de la Universidad Americana de Beirut (Líbano), el objetivo es que los profesionales médicos denuncien y se opongan firmemente a la instrumentalización de la atención sanitaria.
Aunque se refieren también a otros conflictos en El Salvador, Ucrania, Sudán y Siria, los autores se centran principalmente en el impacto de los conflictos armados en la atención sanitaria en Gaza.
“El término ‘sanicidio’ es necesario porque proporciona tanto un nombre como un concepto para la destrucción deliberada de un sistema sanitario, como el de Gaza”, dice a SINC Joelle Abi-Rached, del departamento de Medicina Interna de la universidad libanesa y una de las autoras del texto.
El término ‘sanicidio’ es necesario porque proporciona tanto un nombre como un concepto para la destrucción deliberada de un sistema sanitario, como el de Gaza
Según Abi-Rached, esta definición busca “llamar la atención de los trabajadores sanitarios y humanitarios, además de los organismos internacionales como las Naciones Unidas y la Organización Mundial de la Salud, sobre las consecuencias de largo alcance del desmantelamiento sistemático de las instituciones que sustentan el bienestar de una población”.
Los datos del Ministerio de Salud Pública del Líbano muestran que, entre el 8 de octubre de 2023 y el 27 de enero de 2025,se registraron 68 ataques a hospitales y 237 a los servicios médicos de emergencia.
Los autores también resaltan en el texto que las operaciones militares de Israel en Gaza desde el 7 de octubre de 2023 han provocado la muerte de al menos 986 trabajadores sanitarios: 165 médicos, 260 enfermeras, 184 auxiliares sanitarios, 76 farmacéuticos, 300 miembros del personal administrativo y de apoyo, y 85 trabajadores de defensa civil.
“La normalización de los ataques contra la asistencia sanitaria ha aumentado de forma alarmante en los últimos años”, afirman los autores en el texto. “Pero lo que estamos presenciando hoy en día es más pernicioso que la mera normalización de tales ataques, algo que podría describirse como ‘sanicidio’”, añaden.
Además, argumentan que tolerar o excusar el ‘sanicidio’ sienta un peligroso precedente, “ya que envalentona a los futuros infractores y erosiona el principio de neutralidad médica, que es esencial para garantizar una atención imparcial y humana durante los conflictos”.
Abi-Rached resalta que el nuevo término “también cristaliza una estrategia militar observada desde hace mucho tiempo, pero hasta ahora mal denominada: convertir la salud y la medicina en armas mediante la deshumanización, el bloqueo intencionado de la ayuda y la denegación de la atención, que son derechos humanos básicos consagrados en muchas convenciones y tratados jurídicamente vinculantes”.
Entre otros precedentes del uso de esta estrategia, los autores citan la guerra en Ucrania, donde la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha registrado entre 1 940 y 2 000 ataques contra instalaciones sanitarias, y la guerra en Siria, donde se han documentado al menos 600 ataques contra hospitales y la muerte de 930 trabajadores sanitarios. También hacen referencia a la situación en Yemen, donde desde 2015 se han atacado varios hospitales gestionados por Médicos Sin Fronteras.
Según Abi-Rached, los precedentes se remontan más atrás: en América Latina, durante la década de 1980, los ataques contra la infraestructura y el personal médico llevaron a los médicos estadounidenses y a las asociaciones internacionales a alzar la voz, lo que condujo, por ejemplo, a la fundación de Médicos por los Derechos Humanos (PHR) en 1986.
“Sin embargo, nunca antes se había destruido por completo un sistema sanitario. Según datos de la OMS, más de dos tercios de todos los ataques documentados contra la atención sanitaria en todo el mundo desde el 7 de octubre de 2023 se han producido en Gaza y Cisjordania”, señala la autora.
En el texto, los autores también denuncian un silencio en la comunidad médica ante esta situación. “La neutralidad médica no significa permanecer neutral ante los abusos; obliga a los médicos, las revistas especializadas y las asociaciones profesionales a alzar la voz y defender los principios de la atención sanitaria”, dice Abi-Rached.
Sin embargo, la autora denuncia que muchas instituciones líderes en Estados Unidos, Israel y Europa, “tan rápidas en denunciar los ataques contra la sanidad en Ucrania, se han mostrado notablemente más reservadas en lo que respecta a Palestina”.
La neutralidad médica no significa permanecer neutral ante los abusos; obliga a los médicos, las revistas especializadas y las asociaciones profesionales a alzar la voz y defender los principios de la atención sanitaria
En el texto, los autores creen que las medidas que deben adoptar los profesionales médicos incluyen abogar por la aplicación de la justicia y el derecho internacional humanitario, y documentar y denunciar los abusos a la neutralidad médica por parte de actores estatales y no estatales.
“También esperamos que, al dar un nombre específico a esta estrategia militar e ideológica, se ayude a las sobrevivientes a documentarla, se permita a los abogados y juristas litigar contra ella y se empodere a los profesionales médicos para que la combatan con más fuerza”, concluye Abi-Rached.
Referencia:
Joelle Abi-Rached et al. Healthocide and medical neutrality: a call for action and reflection. BMJ Global Health (2025).