Científicos del Centro de Investigación Médica Aplicada (CIMA) de la Universidad de Navarra han descubierto el mecanismo molecular de un tratamiento combinado de dos sustancias, ya conocido, que mejora la cirrosis biliar primaria. En síntesis, han descrito el papel de la proteína AE2 al combinar el ácido biliar ursodeoxicólico (UDCA) y glucocorticoides. Las conclusiones acaban de publicarse en la revista The Journal of Clinical Investigation.
Hoy se desconoce el origen de la cirrosis biliar primaria, que afecta principalmente a mujeres de mediana edad. Esta patología se asocia con fenómenos de autoinmunidad, daña los conductos biliares del hígado y disminuye la producción de la bilis. En España se diagnostican más de 1.000 casos al año y el número de total de pacientes supera los 15.000. Juan Francisco Medina, director del Laboratorio de Genética Molecular del CIMA, explica que en la actualidad “el diagnóstico de la enfermedad, habitualmente precoz, permite iniciar pronto el tratamiento con UDCA, que suele ser muy eficaz en más de la mitad de los pacientes".
Queda casi un 40% de pacientes que no responde satisfactoriamente a la monoterapia con UDCA. "Por eso. explica el científico, hemos buscado y encontrado la explicación de por qué la combinación de UDCA con glucocorticoides resulta prometedora en este subgrupo de enfermos". Los pacientes afectados por este tipo de cirrosis tienen un déficit de AE2, que es la proteína responsable de la secreción de bicarbonato en la bilis.
Menos trasplantes
La novedad de la investigación, recién publicada, consiste en relacionar por primera vez el tratamiento combinado de UDCA y glucocorticoides con una mayor cantidad de bicarbonato en la bilis y una mejoría en la producción de bilis por el hígado. En concreto, los experimentos en modelos animales y en cultivos celulares demuestran que “sólo el tratamiento combinado de UDCA y glucocorticoides aumenta la expresión génica de la proteína humana AE2 en el hígado”.
Con los datos conocidos, Juan Francisco Medina considera aconsejable utilizar el tratamiento combinado en los casos con respuesta pobre a la monoterapia con UDCA. Propone utilizar un corticoide como la budesonida, con menores efectos secundarios que la cortisona y la prednisona: “Si por temor a los efectos secundarios dejamos que la enfermedad progrese, es muy probable que el único remedio sea el trasplante. Por el contrario, si esta vía se confirma como exitosa, podría reducirse el número de trasplantes necesarios para salvar la vida de los pacientes”.
La investigación es obra del equipo del CIMA de la Universidad de Navarra dirigido por Juan Francisco Medina y compuesto también por Fabián Arenas, Isabel Hervías, Miriam Úriz, Ruth Joplin y Jesús Prieto.