La “desactivación” de los nervios renales, la mejor solución para la hipertensión arterial

La denervación renal o “desactivación” de los nervios renales parece una nueva alternativa para los casos de hipertensión que se resiste incluso a tratamientos farmacológicos. Esta nueva aplicación, presentada por la Red de Investigación Cardiovascular (RECAVA), podrá paliar el coste anual de la hipertensión en España, estimado en 1.450 y 2.000 millones de euros.

La hipertensión arterial (HTA) es un importante problema de salud pública. Imagen: Quinn.anya
La “desactivación” de los nervios renales, la mejor solución para la hipertensión arterial. Foto: Quinn.anya

La denervación renal o “desactivación” de los nervios renales parece una nueva alternativa para los casos de hipertensión que se resiste incluso a tratamientos farmacológicos. Esta nueva aplicación, presentada por la Red de Investigación Cardiovascular (RECAVA), podrá paliar el coste anual de la hipertensión en España, estimado en 1.450 y 2.000 millones de euros.

La denervación renal con catéter es una técnica extraordinariamente sencilla y segura que controla la hipertensión a través de la eliminación por calor de las terminaciones nerviosas simpáticas que rodean a las arterias renales, cuya actividad es uno de los mecanismos fundamentales de la hipertensión y sus complicaciones.

“Esta técnica se perfila como la única alternativa tangible para el manejo de pacientes con hipertensión arterial rebelde al tratamiento farmacológico, pacientes que tienen un riesgo muy elevado de complicaciones y representan uno de los capítulos más importante del coste de la salud”, explica Francisco Fernández-Avilés, jefe del Servicio de Cardiología del Hospital Gregorio Marañón y coordinador de la RECAVA.

Los resultados han mostrado una importante reducción tensional. Tras seis meses desde la intervención se consigue un descenso de, como media, entre 35 y 40 mm/HG, con una tasa muy baja de complicaciones y la práctica ausencia de trastornos en la función renal. Además, el beneficio se mantiene en el tiempo, con una reducción media de la presión arterial de 26/14 y 32/14 mm Hg a los 12 y 24 meses respectivamente.

En España los costes asociados a la hipertensión han sido estimados entre 1.450 y 2000 millones de euros al año, lo que representa entre el 3% y el 4% de todo el gasto sanitario. Una gran parte de este coste pertenece a la atención médica que reciben los pacientes hipertensos (30%) y sólo un 15% corresponde al tratamiento farmacológico antihipertensivo.

Diversos estudios económicos indican que la técnica de la denervación renal es coste-efectiva. El valor económico de la denervación se basa fundamentalmente en la reducción de los costes asociados con la incidencia más baja de las complicaciones cardiovasculares de la hipertensión a partir de las reducciones conseguidas en la presión arterial.

El problema de la hipertensión en España

La hipertensión arterial (HTA) es un importante problema de salud pública que causa más de un tercio de las muertes cardiovasculares. De los 2 millones de años potenciales de vida perdidos cada año en España, se estima que 230.000 son atribuibles a la hipertensión. Igualmente, la hipertensión supone en España más del 6% de todas las consultas médicas y el 18% de las consultas por afecciones crónicas, siendo el motivo de consulta más frecuente en atención primaria.

Desde hace 60 años están disponibles diversas familias de medicamentos eficaces, pese a lo cual el porcentaje de pacientes que alcanzan un adecuado control de la HTA es muy bajo. En España los pacientes hipertensos controlados se encuentran sólo entre el 13% y el 50%. Un problema especialmente relevante es la hipertensión arterial refractaria o resistente, es decir, la presión arterial no controlada a pesar del uso de dosis óptimas de tres fármacos antihipertensivos. Estos pacientes representan entre el 10% y el 20% de los casos.

La nueva alternativa a la HTA es la desactivación de los nervios renales (denervación renal). El incremento de la actividad del sistema nervioso renal promueve la elevación de la presión arterial y la producción de daños no solo en los riñones, sino también en otros órganos diana. Consecuentemente, anular esta actividad de los nervios renales disminuye la hipertensión arterial.

Fuente: SINC
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