La edad y el enriquecimiento ambiental ayudan a soportar mejor el estrés

Llegar a la vejez tiene también sus ventajas. Un estudio realizado por investigadores de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) sugiere que el envejecimiento y el disfrute de una vida rica en estímulos ambientales conducen a una mejor adaptación a situaciones de estrés

Ratas en condiciones de enriquecimiento ambiental. UCM.
La investigación ha sido realizada con ratas en condiciones de enriquecimiento ambiental. Foto: UCM.

La investigación, coordinada por el profesor Gregorio Segovia, se ha propuesto estudiar el sustrato neuroquímico de la adaptación al estrés y sus posibles modificaciones durante el envejecimiento. Para ello se ha analizado la respuesta a situaciones puntuales de estrés moderado de dos importantes neurotransmisores: la dopamina y la acetilcolina. Los resultados muestran que la adaptación a situaciones de estrés es mejor en los individuos más ancianos y en los que han vivido rodeados de un gran número de estímulos ambientales (tanto a nivel social, como motor, como espacial).
Tanto la dopamina como la acetilcolina juegan un importante papel en cuanto a la manera en la que el cerebro y, más en concreto, la corteza prefrontal, reacciona a las situaciones estresantes. Muy especialmente, la dopamina, ya que se trata del neurotransmisor fundamental a la hora de regular las respuestas que da el organismo en estos casos. La acetilcolina, por otro lado, está más relacionada con la focalización de la atención.

El trabajo, según Gregorio Segovia, “permite sugerir que en etapas tardías de la vida los individuos se adaptan mejor a situaciones de estrés puntuales, y que esta mejoría se potencia en aquellos que han vivido en condiciones enriquecedoras”. En concreto: “En el caso de la dopamina se ha observado que tanto el enriquecimiento ambiental como el envejecimiento reducían las respuestas de este neurotransmisor a un estrés agudo”. La dopamina guiaría la actividad de la corteza prefrontal para que el individuo hiciera frente a las situaciones más estresantes. Así, este resultado estaría relacionado con una mejor adaptación al estrés, es decir, frente a una misma situación, ancianos o individuos que hayan vivido en un ambiente más rico en estímulos sentirían menos ansiedad.

Los ancianos, más atentos

En el caso de la acetilcolina, “sus respuestas al estrés agudo sólo se vieron reducidas por el enriquecimiento ambiental”, pero no se ha observado ningún cambio asociado al envejecimiento. Dicho de otra forma: ante una situación nueva o difícil, aquellos que han vivido en lugares que les han permitido mantenerse más activos intelectualmente, han reaccionado mostrando una menor atención, lo que se podría relacionar a su vez con un estrés menor. En los más ancianos, sin embargo, la respuesta de esta hormona respecto a los individuos de control no ha variado. Algunos autores plantean que la acetilcolina iría unida no tanto a la atención, como al esfuerzo por atender. Por tanto, un aumento del esfuerzo de atención a causa de la edad podría compensar la menor respuesta de la acetilcolina al estrés. Este punto, en cualquier caso, se encuentra todavía en el campo de la especulación.

Este estudio aporta nuevos datos que refuerzan la teoría de la plasticidad cerebral. Es decir, ante un ambiente rico en estímulos, o cualquier situación de aprendizaje, se da un cambio plástico en el cerebro que provoca reacciones diferentes. Esto también es cierto a la inversa: si el medio es empobrecedor o si la conducta aprendida es negativa, como en el caso por ejemplo de una adicción a las drogas, también el cerebro se modela en función de esta situación.

Para llegar a estas conclusiones, los investigadores han mantenido a un grupo de ratas macho durante toda su vida en lo que han denominado “condiciones de enriquecimiento ambiental”: grandes jaulas dotadas de ruedas de entrenamiento, túneles, plataformas y juegos que variaban cada pocos días, que albergaban hasta 12 animales cada una. Por otro lado, se ha mantenido un grupo de control en jaulas más pequeñas, separados entre sí y sin estímulos de este tipo.

El trabajo ha sido realizado por el Laboratorio de Neurobiología del Envejecimiento de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid, que dirige el profesor Francisco Mora, y en él han participado los profesores Gregorio Segovia y Alberto del Arco, además de los investigadores Pedro Garrido, Marta de Blas y Ángela Amores.

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Referencias bibliográficas:

G. Segovia; A. del Arco; M. de Blas; P. Garrido; F. Mora. “Effects of an enriched environment on the release of dopamine in the prefrontal cortex produced by stress and on working memory during aging in the awake rat”. Behavioural Brain Research 187 (2): 304-311, marzo 2008.

G. Segovia; A. del Arco; P. Garrido; M. de Blas; F. Mora. “Environmental enrichment reduces the response to stress of the cholinergic system in the prefrontal cortex during aging”. Neurochemistry International 52 (6): 1198–1203, mayo 2008.

Fuente: UCM
Derechos: Creative Commons
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