Un equipo de 26 antropólogos, estadísticos y economistas del Instituto de Santa Fe (EEUU) coordinados por Monique Borgerhoff Mulder, investigadora del Departamento de Antropología de la Universidad de California (EEUU) y Samuel Bowles, economista del Instituto de Santa Fe, sugieren que la riqueza heredada fomenta la desigualdad en las poblaciones de dimensiones reducidas.
El estudio, que aparece en el último número de la revista Science, revela el papel crucial que tiene la herencia en el mantenimiento de la desigualdad económica a largo plazo en sociedades tradicionales como son las poblaciones de cazadores-recolectores, de pastoreo o las poblaciones agrícolas.
Monique Borgerhoff Mulder y su equipo han construido un modelo que explica cómo la transmisión de la riqueza de una generación a otra afecta a la desigualdad económica en sociedades pequeñas de África, Asia, Europa y América Latina. El estudio incorpora las herramientas de la economía a la vida de las personas que pertenecen a sociedades tradicionales donde se le da más valor a las conexiones familiares, a la salud y al estatus familiar que a las formas de riqueza material.
“Los fondos fiduciarios, las casas familiares y otras formas de riqueza heredada permiten a determinadas personas ascender un escalón dentro de las sociedades modernas industrializadas que hace cada vez mayor la brecha entre ricos y pobres” apunta la investigación.
Los científicos han descubierto que la relación entre herencia y desigualdad es importante en las sociedades pastorales y agrícolas de dimensiones reducidas, como la tribu de los dagota de Tanzania. Sin embargo, esos mismos factores están limitados entre los pueblos hortícolas y forrajeros, como los pimbwe de Bolivia o los ache de Paraguay.
Los autores definen tres tipos de riqueza: la “relacional”, que es la que está basada en redes sociales, la riqueza “material”, basada en las tierras y el ganado y la riqueza “personificada”, basada en la capacidad física o intelectual.
“Tanto las diferencias en la manera en la que las personas consiguen su sustento, como las diferencias en las normas e instituciones que conforman los sistemas económicos contribuyen al nivel de desigualdad de una sociedad”, afirman los investigadores.
Las sociedades ganaderas y pastorales las más desiguales
Las diferencias de riquezas heredadas y la desigualdad económica en estas poblaciones dependen de la tecnología en que se basa la producción de bienes de consumo de la población.
Según el estduio, los cazadores-recolectores dependen para sobrevivir de su ingenio, sus conexiones sociales y su fuerza. "En estas economías las riquezas heredadas son modestas y el nivel de desigualdad económica va a la par con las economías democráticas modernas más igualitarias (las de la Europa Nórdica). En los recolectores, por ejemplo, las habilidades de cacería de un padre tienen poca relación con las de su hijo".
Por otro lado, en las poblaciones ganaderas y pastorales, en las que las riquezas vienen en forma de ganado y tierras heredadas, los hijos de quienes están en el diez por ciento superior en la escala de distribución de riquezas tienen 20 veces más probabilidad de adquirir el mismo estatus que los hijos del diez por ciento más pobre. “Estas sociedades exhiben niveles de riqueza heredada y desigualdad económica comparable con las naciones económicas más desiguales del mundo”, señala Borgerhoff.
Hacia una economía basada en el conocimiento
El estudio refleja que la importancia de la riqueza heredada y, a su vez, de la desigualdad económica puede disminuir con el tiempo en una economía emergente basada en el conocimiento.
Los datos muestran que el nivel de riqueza heredada y la desigualdad económica no solamente dependen de si la forma de riqueza es material (entre ganaderos y pastores), sino también de instituciones como el nivel de propiedad individual, así como de normas como compartir información y otros recursos valiosos.
Los autores destacan “que las riquezas en las economías emergentes de hoy en día, que están basadas en el conocimiento, se parecen en cierto grado a las de los cazadores-recolectores ya que se transfieren menos de padres a hijos que en las fábricas o plantaciones pero esto no significa que nuestra nueva era, dirigida por Internet, necesariamente vaya a asegurar la igualdad”.
Esta investigación es parte de un proyecto en curso de ‘Desigualdad Persistente’ del Programa de Ciencias del Comportamiento en el Instituto de Santa Fe.
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Referencia bibliográfica:
Borgerhoff Mulder, Monique, Samuel Bowles, Tom Hertz, et al.. "Intergenerational Wealth Transmission and the Dynamics of Inequality in Small-Scale Societies." Science. Vol.326. 30 de octubre de 2009.
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