El astronauta español Pedro Duque ha destacado hoy en Fitur la trayectoria y preparación de la industria aeroespacial de Europa, “que está en condiciones de ofertar a los inversores interesados en el turismo u otros ámbitos”. Duque, uno de los responsables del programa de vuelos tripulados de la Agencia Europea del Espacio (ESA), también ha recordado la importancia de los experimentos fisiológicos antes de la llegada de los ‘clientes’ al espacio.
“Las empresas europeas están en condiciones de ofertar a los inversores que quieran meterse en algún proyecto tecnológico que tenga que ver con el turismo espacial u otros ámbitos del sector aeroespacial”, ha indicado Pedro Duque durante la conferencia que hoy ha impartido en el foro Fiturtech de la Feria Internacional de Turismo en España (Fitur).
El astronauta ha recordado que una empresa estadounidense está a punto de realizar vuelos de corta duración al espacio, pero que la industria europea también tiene “capacidad real –para hacerlo–, cuenta con elementos probados y ha funcionado sin fallos en el pasado”.
Duque, que desde el centro de control en Munich (Alemania) dirige las actividades de la ESA en la Estación Espacial Internacional (ISS), ha puesto como ejemplo el éxito del laboratorio científico Columbus y el vehículo de transferencia automátizado (AVT) que abastece al complejo orbital. Ambos son de fabricación europea.
“En Europa hay capacidad de construir módulos donde puede vivir gente ¿Serán el germen de los futuros hoteles espaciales?”, se ha preguntado el astronauta, que ha explicado a SINC que el turismo espacial “es algo normal y legítimo, y que no tiene que ver con la situación de crisis actual”.
Los inventos de los ingenieros son para el mercado
“Las cosas que inventamos los ingenieros son para las personas y tienen que acabar en el mercado”, dice Duque, aunque también reconoce que, al principio, solo las personas más pudientes podrán pagar el turismo espacial: “El sistema capitalista es así, como ocurrió con la aviación hace varias décadas”.
En cualquier caso, el antiguo astronauta, ha explicado que las inversiones públicas que se hacen en investigación básica y tecnología, después la industria las pone en funcionamiento, y a través de las patentes y los productos que se ponen en el mercado revierte en los fondos que entran a Europa.
Duque también ha repasado las tres razones que mueven el programa de vuelos tripulados de la ESA. La primera es hacer ciencia en el espacio, aprovechando las condiciones de ingravidez y vacio que proporciona el espacio. Ha destacado especialmente la importancia de realizar experimentos fisiológicos y médicos, como los que se efectúan en la ISS, para saber los efectos que tendrá la estancia en el espacio en los futuros ‘clientes’, que no tendrán exactamente la misma motivación y necesidades que la tripulación profesional.
Los otros dos objetivos son la preparación de las misiones que se van a poner en marcha –desarrollando trajes espaciales o realizando pruebas en tierra, por ejemplo– y el desarrollo de nuevas tecnologías aeroespaciales para el futuro.
Pedro Duque también ha subrayado la importancia de la colaboración entre la NASA y la ESA: “Aunque toda la vida la industria americana y la europea hemos competido, más vale que estemos juntos y colaboremos, porque vienen empujando muy fuerte desde los países emergentes”.
Uno de los ejemplos de este trabajo conjunto es la misión Orión, que realizará a partir de 2017 un par de viajes no tripulados –como es habitual antes de mandar a personas–, pero que tiene como objetivo transportar astronautas y que puedan aterrizar en la Luna.
“Todo el mundo se pregunta porque no hemos vuelto a la Luna”, dice el astronauta. “La razón es que Nixon redujo el presupuesto de la NASA a una tercera parte y ya no había dinero para ir, pero ahora hemos llegado a un punto en que no hace falta tanto presupuesto y vamos a volver de verdad”.
“De momento este viaje alucinante estará reservado para los astronautas profesionales, pero esto no quiere decir que en el futuro no se pueda admitir a cualquiera en este tipo de vuelos”, añade. “De hecho, ya hay propuestas desde Rusia para hacer algo parecido”.