En la reunión anual de la Asociación Americana para el Avance de las Ciencias, su presidente, el Nobel Phillip Sharp, ha insistido en la necesidad de que los Gobiernos inviertan más dinero en investigación básica y el sector privado se implique en la innovación científica. En el acto de apertura el alcalde de Chicago anunció su plan de incorporar la programación a la enseñanza primaria para que los niños salgan de la escuela sabiendo escribir código.
La noche del pasado jueves, en un Chicago nevado y pocas horas antes de que la ciudad recordara los 85 años de su San Valentín más sangriento, el alcalde, Rham Emanuel, hablaba con entusiasmo de ciencia, tecnología e innovación ante cientos de personas procedentes de todos los rincones del mundo.
En pleno centro de la ciudad se celebra la reunión anual de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia (AAAS) a la que asisten miles de participantes: científicos de primera línea, académicos, profesores, alumnos de educación secundaria y universidad, divulgadores, empresarios y periodistas. El congreso de la asociación ligada a la revista Science es, probablemente, el mayor evento científico multidisciplinar. Este año el título del encuentro es “Conociendo los retos globales: descubrimiento e innovación”.
El alcalde de Chicago, Rahm Emanuel, un demócrata que fue jefe del Gabinete de la Casa Blanca en el equipo de Obama, insistió durante el acto de apertura en su compromiso con la educación en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, STEM, por sus siglas en inglés; y añadió una “A” de “artes” al acrónimo.
“Chicago ha creado cinco escuelas de educación secundaria dedicadas a la enseñanza de STEM”, recordó. Además, explicó que las escuelas tienen como socios empresas que las patrocinan y que garantizan que los estudiantes obtengan certificaciones industriales al graduarse.
Emanuel fue un paso más allá al asegurar que planea incorporar la programación a los planes de estudio de la enseñanza primaria para que todos los niños salgan de la escuela sabiendo escribir código. “Hoy en día el bilingüismo consiste en saber dos idiomas: inglés y código”, sentenció.
“Creo que los mayores motores económicos para afrontar el futuro son nuestras universidades", dijo. Según el alcalde, que destacó la importancia de la colaboración entre los centros de investigación y la industria, el talento de los centros universitarios de la ciudad es en parte responsable de que 26 grandes empresas vayan a trasladar sus sedes a Chicago.
El alcalde de Chicago durante el acto de apertura.
En la misma línea se expresó el presidente de la AAAS Phillip Allen Sharp, Nobel en Medicina y cofundador de dos empresas farmacéuticas; un perfil científico poco frecuente en Europa pero no en Estados Unidos.
Para Sharp, los retos a los que se enfrenta el mundo, tales como frenar el cambio climático, superar la crisis energética, garantizar cuidados sanitarios eficaces a la población y dar alimento al planeta, solo pueden ser abordados a través de la ciencia.
La próxima revolución
“Aunque es cierto que la ciencia ha sido parte de algunos de estos problemas, también es parte de la solución”, opinó. Pero el éxito que la humanidad tenga ante estos desafíos, según Sharp, dependerá de la colaboración entre el sector público y el privado, así como de la convergencia de diversas ciencias con la innovación y el mundo empresarial.
Sharp, uno de los biólogos moleculares más notables recibió el Premio Nobel de Medicina en 1993 por el descubrir que los genes pueden estar compuestos por varios trozos separados dentro del ADN; y hoy trabaja en el desarrollo de fármacos capaces de desactivar ciertos genes para tratar enfermedades.
En su discurso recordó las dos grandes revoluciones de la historia de la biología en el último siglo: el descubrimiento de la estructura de doble hélice de ADN y la secuenciación del genoma humano. “¿Cuál será la próxima revolución científica? No lo sabemos, pero muchos creen que vendrá de la convergencia de las ciencias de la vida con la física, la computación y la ingeniería", vaticinó Sharp.
Como ejemplos de esta convergencia, Sharp señaló el proyecto BRAIN –impulsado por el español Rafael Yuste, de la Universidad de Columbia en Nueva York–, y las últimas iniciativas en biología sintética y nanotecnología.
“Para que se produzca esta convergencia, hace falta una inversión constante en ciencia básica y que los descubrimientos resultantes se traduzcan en innovaciones”, dijo el Premio Nobel y empresario.
Sharp insistió en la necesidad de invertir más en ciencia en momentos de crisis: “En muchos países, la inversión del Gobierno en investigación ha caído durante la última década. En el futuro esto se traducirá en una disminución del crecimiento económico y de la innovación”.