Un artículo, publicado en Ecology and Evolution, sugiere que las aves de la selva amazónica –donde la luminosidad varía mucho de una zona a otra– tienen los ojos más grandes para adaptarse a una menor cantidad de luz. Sin embargo, los investigadores demuestran que a pesar de este beneficio biológico existen también costos a esta adaptación, como daños oculares por el exceso de luz.
Investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC), han determinado cómo influye la luminosidad del hábitat en el tamaño relativo de los ojos de un grupo de especies de aves amazónicas. El estudio sugiere que las aves que viven en zonas con menor cantidad de luz tienen ojos más grandes que les permiten alimentarse a horas más tempranas y aumentar su periodo diario de actividad. Asimismo, las conclusiones sugieren que deben existir costos, como daños oculares provocados por el exceso de luz, derivados de tener un ojo grande.
El tamaño relativo de los ojos está relacionado con los niveles de luz de los hábitats. Los peces abisales o las aves nocturnas tienen ojos más grandes de lo que esperaríamos por su tamaño ya que un mayor tamaño ocular aumenta la capacidad visual permitiendo discernir presas o depredadores y facilitando la comunicación en la oscuridad.
Lo que no se sabía es cómo afectan las diferencias de luz en hábitats como la selva amazónica, donde los cambios son muy acusados. El elevado porte de los árboles y la intrincada vegetación de la Amazonía permiten definir zonas de luminosidad muy diferente.
“Cada especie de las que integran la comunidad de aves de esta región, una de las más diversas del mundo, elige sus hábitats en función de dos variables: la distancia del borde del bosque y la altura de la vegetación en la que viven”, explica Cristina Martínez, bióloga por la Universidad Complutense de Madrid.
Balance entres costos y beneficios
La primera fase del estudio consistió en censar las aves a distintas distancias del borde de la selva con el fin de caracterizar su elección de hábitat, y después determinar la relación entre estas variables y el tamaño relativo de los ojos. “Las mediciones del tamaño de ojo se efectuaron sobre fotografías, usando como escala el tamaño de pico cuya medida se obtuvo gracias a los ejemplares de la colección del Museo de Historia Natural de Sao Paulo”, explica Eduardo Santos, investigador de la Universidad de sao Paulo (Brasil).
Los resultados muestran que las aves que viven en las zonas más internas de la selva –áreas a las que llega menor cantidad de luz solar–, tienen ojos mayores que las que viven en los márgenes. Sin embargo, la altura de la vegetación no marca ninguna diferencia. “El patrón encontrado apunta que las aves compensan los bajos niveles de luz con un tamaño de ojo mayor. Esta variación sugiere que existen costos derivados de tener un ojo grande y que el tamaño relativo de los ojos es el resultado de un balance entre costos y beneficios biológicos”, concluye Diego Gil, investigador en el Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC).
Referencia bibliográfica:
Martínez-Ortega, C., Santos, E.S.A. y Gil, D. (2014) "Species-specific differences in relative eye size are related to patterns of edge avoidance in an Amazonian rainforest bird community" Ecology and Evolution DOI: 10.1002/ece3.1194