El volumen de productos desarrollados mediante nanotecnología va en aumento y se estima que sus ventas pasarán del 0,1% del total de los productos manufacturados al 15% para mediados de la próxima década. Hoy ya se pueden adquirir artículos “nano” como sanitarios, componentes electrónicos, pinturas, telas o lociones solares, entre otros. Éste es uno de los resultados de la simbiosis entre la nanociencia y la nanotecnología (N+N), dos áreas de investigación cada vez más presentes en todo lo que nos rodea, tal como lo expresan los más de 300 expertos que estos días se reúnen en el mayor congreso europeo de esta materia en el Instituto de Nanociencia de Aragón.
El papel de liderazgo que ocupa hoy en día Aragón en esta disciplina ha permitido que Zaragoza se convierta en la sede de esta cita científica de la red Nanospain, tal como han destacado esta mañana en rueda de prensa José Luis Serrano, director general de Investigación, Innovación y Desarrollo del Departamento de Ciencia de la DGA y Ricardo Ibarra, director del Instituto de Nanociencia de Aragón, de la Universidad de Zaragoza.
Serrano e Ibarra han estado acompañados por dos de los organizadores, Juan Martínez de la Fuente, investigador aragonés y Antonio Corretja, coordinador de la red Nanospain y director de la Fundación Phantoms. Los expertos han subrayado la trascendencia de la actividad de la nanociencia y la nanotecnología, con campos de aplicación tan variados como la medicina, las tecnologías de la información, la producción y almacenamiento de energía, avances en ciencia de materiales, fabricación a nivel de nanoescala, concepción y fabricación de nuevos instrumentos de medida, investigación sobre alimentos, agua y medio ambiente.
Una relación fructífera
Ricardo Ibarra ha recordado el camino recorrido ya por Aragón en este ámbito con el Programa Nanoaracat, que desde el año 2006 permite el desarrollo de proyectos de investigación entre Aragón y Cataluña, dos comunidades fuertemente sensibilizadas, según ha destacado José Luis Serrano, en apostar por un modelo de sociedad que fundamente una parte muy importante de sus retos y logros en el conocimiento.
El director general de Investigación del Departamento de Ciencia ha calificado de “fructífera” esta colaboración, dentro de un mundo globalizado en el que es necesario unir esfuerzos para hacer frente a los desafíos científicos y tecnológicos del futuro.
El Programa Nanoaracat agrupa a 17 centros de investigación: 13 catalanes y cuatro aragoneses: Instituto de Carboquímica (CSIC), Instituto de Ciencia de los Materiales (CSIC-UZ), el Instituto de Nanociencia (UZ) y la Universidad de Zaragoza. Gracias a este programa se ha incrementado la movilidad de los investigadores.
Esta colaboración permite aunar esfuerzos en proyectos comunes, como ocurre con el Instituto Catalán de Nanomedicina, que tiene líneas de investigación parecidas a las del Instituto de Nanociencia de Aragón (INA). De hecho, el INA dirige el Proyecto Consolider de Nanomedicina, para el desarrollo en el uso médico de nanopartículas que ayuden a mejorar las técnicas de diagnosis e imagen, suministrar de forma controlada fármacos en el interior del cuerpo, etc.
El Instituto de Nanociencia de Aragón
El INA es un Instituto de Investigación interdisciplinar que agrupa a profesores e investigadores de diferentes Departamentos Universitarios y disciplinas científicas: Química, Bioquímica, Medicina, Veterinaria y Física. En la actualidad está formado por 65 profesores de la Universidad de Zaragoza e investigadores doctores, 32 estudiantes de doctorado, 12 técnicos altamente especializados y 7 personas en administración y mantiene una estrecha colaboración con investigadores del Instituto de Ciencia de los Materiales de Aragón.
El INA está dotado con las infraestructuras más avanzadas en técnicas de preparación de nuevos materiales con control atómico y de técnicas de caracterización, siendo puntero en técnicas de nanofabricación con microscopios de haces de electrones e iones. Ibarra ve con optimismo el futuro de la Nanociencia en Aragón.
“El INA se sitúa ya a la cabeza de la investigación a nivel nacional e internacional. La Universidad de Zaragoza y el Gobierno de Aragón han dado un paso gigante con este instituto. No cabe duda de que el INA es el germen de una iniciativa, que en este momento es pionera en España y que posiciona a Aragón a la cabeza de la investigación en este importante campo”, ha subrayado.
Ricardo Ibarra dirige el INA desde su creación el 8 de abril de 2003. Desde entonces se ha realizado un esfuerzo para conseguir poner en funcionamiento unos nuevos laboratorios, que se han convertido, según este investigador, en “instalaciones únicas en su género y nos dan una gran potencia para abordar una investigación competitiva en el campo de la Nanociencia”. Estos laboratorios permiten usar técnicas de litografía óptica, ataque por haces de iones, microscopios de fuerza atómica para nanobiotecnología y de ultra alto vacío y baja temperatura para manipulación a nivel atómico y molecular.
Asimismo dispone de una sala blanca para procesos de litografía. Todas estas infraestructuras permiten que el INA lidere proyectos de gran envergadura nacional como internacional en las varias líneas de investigación.
Nanobiomedicina
En el ámbito del diagnostico precoz mediante el desarrollo de nuevos biosensores y agentes de contraste para tomografía de resonancia magnética nuclear. También con fines terapéuticos se investigan nanopartículas que puedan realizar un suministro selectivo de fármacos o destruir células malignas mediante hipertermia magnética.
Materiales nanoestructurados
De naturaleza orgánica e inorgánica que presentan propiedades inusitadas por su resistencia mecánica como los nanotubos de carbono, capacidad de funcionalización como los dendrímeros o nanopartículas, filtrado molecular como las membranas nanoporosas.
Fenómenos físicos en la nanoescala
Los materiales magnéticos procesados a nivel nanométrico permiten modificar sus propiedades para transportar la corriente eléctrica y almacenar la información.
La Real Academia Sueca de las Ciencias ha concedido la mitad de este galardón al bioquímico estadounidense David Baker por diseñar desde cero nuevas proteínas mediante su programa RoseTTAFold. La otra mitad la comparten el británico Demis Hassabis y el también estadounidense John M. Jumper, ambos de la empresa DeepMind de Google, que lograron predecir las estructura proteicas con IA.
Un estudio internacional con participación del CSIC ha demostrado que reemplazar un solo átomo en posiciones estratégicas de la secuencia genética puede revertir su dirección de rotación. Según los autores, el hallazgo podría convertirse en una importante diana terapéutica al desempeñar un papel importante en diversos procesos biológicos.
