La península ibérica es una de las áreas mediterráneas donde más bosques se han reforestado en los últimos años. Para comprobar cómo se adaptan las aves a la reforestación, un equipo de científicos, con la colaboración del Museo nacional de Ciencias Naturales, ha estudiado la diversidad de pájaros en pinares reforestados o naturales. Los científicos demuestran que en los bosques naturales el número de especies es mayor y advierten del riesgo de homogeneizar el paisaje con pinares.
Investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC) han colaborado en el análisis de la diversidad de aves que se establecen en los pinares reforestados frente a las que viven en pinares naturales. Entre las conclusiones extraídas señalan que los actuales sistemas de reforestación pueden tener efectos positivos sobre las aves, pero son menores que el que produce mantener los bosques naturales, donde el número de especies de aves forestales es mayor.
“Además de que en la adaptación de las comunidades de aves influye el tamaño de los árboles y la vegetación arbustiva, hemos comprobado que, aunque se intente imitar la estructura del bosque original, la contribución de la reforestación a la biodiversidad es solo parcial. Esto parece que se debe al tiempo que necesitan las especies para instalarse en los nuevos bosques”, contextualiza Mario Díaz, investigador del MNCN. La península ibérica es la zona del área mediterránea en la que más superficie boscosa se ha replantado.
El objetivo del estudio, publicado en Forest Ecology and Management, es comprobar si la contribución de la repoblación a gran escala crea en realidad el mismo entorno para las especies de aves que habitaban el bosque original.
“El aumento de la repoblación forestal está originando plantaciones cada vez más complejas, que pueden favorecer la biodiversidad regional si están bien planificadas. Lo que demuestra esta investigación es que, tanto los grandes pinares como los de reducido tamaño empeoran las condiciones ambientales para las aves, por eso habría que evitar la homogeneización del paisaje y la fragmentación. La prioridad debería ser conservar los pinares naturales frente a plantar nuevos bosques”, explica Díaz
Los datos, recabados en 3.950 parcelas de 100 km2, apuntan a que el número de especies es mayor al norte y al este, mientras que según nos desplazamos al oeste los datos empeoran, posiblemente debido a la diferencia en las temperaturas y precipitaciones.
Referencia bibliográfica:
M. Martínez-Jáuregui, M. Díaz, D. Sánchez de Ron, M. Soliño (2016). "Plantation or natural recovery? Relative contribution of planted and natural pine forests to the maintenance of regional bird diversity along ecological gradients in Southern Europe". Forest Ecology and Management. DOI: http://dx.doi.org/10.1016/j.foreco.2016.06.021