Las cadenas de los barcos de recreo arrancan la vegetación del suelo marino

Unos 48.000 m2 de praderas marinas de la costa oeste de Australia, en la isla de Rottnest, uno de los iconos turísticos del país, han sido arrancadas por las casi 900 cadenas de anclas de las embarcaciones de recreo que amarran en la zona. Estas son las cicatrices que ha estudiado un equipo internacional de científicos, liderado por españoles.

Pérdida de vegetación en las praderas marinas de las bahías de Rottnest Island (Australia)
Pérdida de vegetación en las praderas marinas de las bahías de Rottnest Island (Australia). / Edith Cowan University

Un estudio, publicado en Scientific Reports, demuestra que las cadenas de las embarcaciones han arrancado la vegetación del fondo marino. Los investigadores Oscar Serrano, de la Edith Cowan University (ECU, Australia) y del University of Western Australia, junto con Paul Lavery, también de la ECU, y Pere Masquè de la Universidad Autónoma de Barcelona han analizado las cicatrices provocadas por estos barcos en las bahías de la isla de Rottnest, uno de los iconos turísticos de Australia.

"Cuando los barcos anclados se mueven debido a las corrientes, el viento y las olas, arrastran una pesada cadena que actúa como si fuera un rastrillo, arrancando toda la vegetación que encuentra a su paso", dice Serrano, quien recalca que esta vegetación no vuelve a crecer.

"Desafortunadamente, la calma y la protección de estas bahías, atractivas para anclar las embarcaciones, también han favorecido que sean un hábitat primordial para las praderas marinas", subraya el investigador.

Los esfuerzos para preservar las praderas utilizando amarres que no dañan el fondo marino en algunas zonas ha permitido recuperar la vegetación submarina en estas áreas, pero de maneral global, las praderas marinas están disminuyendo. Esto se produce porque las cicatrices de los amarres de la Stark Bay, al norte de la isla, se han incrementado un 500% (de 2.000 m2 a 9.000 m2) en los últimos 35 años debido a la erosión de las zonas arrastradas por la acción de las olas.

"Cuando esta vegetación se arranca, se libera una gran cantidad de CO2 acumulada a lo largo de cientos de años en la atmósfera", alertan

"Una vez que las cadenas han iniciado el proceso de arrastre, las olas siguen incrementando las áreas dañadas", indica serrano. "En Stark Bay hemos visto cómo las zonas sin vegetación se han ido combinando en áreas cada vez mayores sin vegetación", añade el experto.

La destrucción de las praderas libera CO2

La destrucción de las praderas marinas tiene implicaciones importantes para los ecosistemas submarinos, favoritos para el recreo de los habitantes de la cercana ciudad de Perth, en la costa del continente.

"Las praderas son un hábitat importante para muchas especies de peces y una fuente de alimento para las tortugas y los dugongs (mamíferos marinos en peligro de extinción)", recuerda Serrano. "Aún es más importante en un sentido global, ya que absorben el CO2 a un ritmo 40 veces superior al de las selvas tropicales", afirman los investigadores.

"Esto quiere decir que, cuando esta vegetación se arranca, se libera una gran cantidad de CO2 acumulada a lo largo de cientos de años en la atmósfera", alertan. El estudio de algunas muestras de vegetación ha demostrado que, en promedio, más del 75% del carbono absorbido por las praderas se ha liberado a la atmósfera.

Referencia bibliográfica:

Serrano, O. et al. "Impact of mooring activities on carbon stocks in seagrass meadows". Scientific Reports 6, 23193; doi: 10.1038/srep23193 (2016)

Fuente: UAB / ECU
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