Un investigador español ha colaborado en un análisis matemático, publicado recientemente en la revista Science Translational Medicine, que concluye que la terapia conjunta frente al VIH en pacientes que además tienen hepatitis C aumenta el éxito en la lucha contra ambas infecciones. Entre ocho y nueve millones de personas en el mundo sufren sida y hepatitis C al mismo tiempo.
Las matemáticas se cuelan cada vez más en los centros hospitalarios. Ahora, un estudio publicado en la revista Science Translational Medicine señala que la infección simultánea por VIH y hepatitis C (VHC) debe ser detectada de manera temprana y tratada lo antes posible con antivirales para aminorar el daño hepático.
“De ese modo, pasada la primera semana del tratamiento contra el VIH en la que prolifera el VHC, el sistema inmune reacciona contra la enfermedad hepática y tiene un efecto beneficioso frente a las dos infecciones”, explica a Sinc Mario Castro, profesor de la Universidad Pontificia Comillas ICAI-ICADE, uno de los autores de la investigación junto a científicos de EE UU y Europa.
La hepatitis C es una enfermedad poco tratada en los medios de comunicación, “en parte porque no es mortal a corto plazo; aunque suele degenerar en cirrosis hepática, lo que provoca la necesidad de trasplante o la muerte”, afirma Castro. “El problema se agrava cuando la infección es conjunta”.
El experto subraya que poco se sabe hasta el momento sobre el efecto de los antivirales cuando el paciente padece ambas infecciones. A pesar de ello, las estimaciones sostienen que existen entre ocho y nueve millones de enfermos en esta situación en todo el mundo (unos 50.000 en España).
Castro apunta cómo el análisis matemático puede ayudar en estos casos. “A partir de técnicas de análisis de causalidad estadística basadas en los datos, se revela la hipótesis de que el tratamiento contra el VIH exacerba la proliferación del virus de la hepatitis C y provoca daño hepático inmediato en los pacientes”, añade.
Sobre los datos de los pacientes se realizó un análisis estadístico a dos niveles. En primer lugar se intentó dilucidar si el tratamiento del VIH influye en el VHC y el daño hepático. Usando una técnica también empleada en análisis económico, la idea básica consiste en determinar si una serie temporal ‘precede’ a otra, es decir, si el VIH favorece la aparición de VHC.
Sin embargo, a largo plazo la estimulación provocada por el tratamiento del VIH reduce la carga infecciosa de ambos virus. “En realidad, es el sistema inmune el que combate la hepatitis”, matiza.
“Efectivamente, para la mayoría (14 de 16 de los pacientes), el test permite concluir que la carga viral de VHC se ve afectada por la de VIH, y no al revés”, apunta Castro.
En el segundo paso se utilizó un modelo basado en ecuaciones diferenciales. A partir de los parámetros ajustados de dicho modelo se concluyó que existe una significativa correlación de Spearson (que mide si cuando crece una función la otra crece o decrece significativamente) entre el tratamiento y la evolución del virus de la hepatitis C.
Modelos matemáticos contra enfermedades
Médicos y biólogos ya conocen los beneficios que les reportan las matemáticas o la informática, lo que ha supuesto un cambio de paradigma, especialmente en los últimos diez años.
Castro destaca que los centros hospitalarios tienen que ser interdisciplinares e incluir matemáticos y estadísticos entre su personal “porque hay información que no se está aprovechando y que el médico no tiene tiempo de asimilar”.
“La bioinformática –indica– es una nueva rama que utiliza toda la potencia de los recursos informáticos aplicados a la biología, y la biomatemática, que algunos denominan de forma más genérica como biología de sistemas, trata de ver cada problema desde el cálculo o la computación para dar respuestas cuantitativas”.
El español, de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería (ICAI), es miembro de una red científica europea que organiza estancias en instituciones de otros países y ha pasado un mes al año, de los últimos cinco, en el Laboratorio Nacional de los Álamos, centro de referencia en modelos matemáticos con pacientes de sida.
El pronóstico empeora con la edad
Un reciente estudio, hecho público la semana pasada durante el VI Congreso del Grupo de Estudios de sida (GeSIDA), revela que los coinfectados por VIH y hepatitis C y diagnosticados después de los 50 años tienen un riesgo de muerte entre dos y nueve veces mayor que los solo infectados por VIH con menos de 50 años.
El trabajo fue realizado sobre una muestra de más de 10.000 pacientes tratados en hospitales de Cataluña y Baleares. Concretamente, el riesgo de muerte fue, en los pacientes coinfectados por VIH y VHC con más de 50 años, dos veces mayor que en los pacientes solo infectados por VIH mayores de 50 años y los pacientes coinfectados VIH-VHC diagnosticados antes de los 50 años, y nueve veces mayor que los pacientes solo infectados por VIH menores de 50 años.
Referencia bibliográfica:
Sherman, K. E., Guedj, J., Shata, M. T., Blackard, J. T., Rouster, S. D., Castro, M., ... & Perelson, A. S. (2014). Modulation of HCV replication after combination antiretroviral therapy in HCV/HIV co-infected patients. Science translational medicine, 6(246), 246ra98-246ra98.
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