Fumar antes de la menopausia y de dar a luz podría aumentar el riesgo de desarrollar un cáncer de mama en las mujeres. Así lo indica un artículo que se publica hoy en Archives of Internal Medicine. La investigación revela que, en el caso de las fumadoras pasivas, no se incrementan las probabilidades de padecer este tipo de tumor.
“Fumar antes de la menopausia se relacionaba positivamente con el riesgo de padecer cáncer de mama y los resultados indican que fumar después de la menopausia podría relacionarse con un riesgo de cáncer ligeramente menor”, explican los investigadores en el artículo publicado hoy en Archives of Internal Medicine.
“El humo del tabaco contiene sustancias que pueden causar cáncer de mama, entre las que se encuentran hidrocarburos aromáticos policíclicos, las aminas aromáticas y las N-nitrosaminas”, añaden los expertos. Para ello, han analizado historiales de 147.157 mujeres, que incluían a fumadoras activas y a pasivas de 1976 a 2006.
Se diagnosticó la presencia de la enfermedad en 8.772 de ellas, lo que relacionó la aparición del cáncer con varios factores: un mayor grado de tabaquismo actual y pasado, haber fumado durante un período de tiempo más largo, empezar a fumar a una edad temprana, y fumar más cantidad de paquetes al año.
“Las fumadoras habituales que empezaron a fumar a una edad temprana, durante mucho tiempo y fumaban una gran cantidad de tabaco presentaron el riesgo más alto de padecer cáncer de mama”, indican los expertos.
Las fumadoras pasivas, sin ese riesgo
El estudio ha demostrado que en mujeres que no habían fumado nunca o que eran fumadoras pasivas (durante su infancia o su madurez) no se registraba un aumento del riesgo de padecer cáncer de pecho.
Por tanto, según el estudio, la exposición a padres que fumaron mientras la mujer vivía en el domicilio familiar o ser fumadora pasiva en el trabajo o en casa, no implica un aumento de las posibilidades de sufrir esta enfermedad. Tampoco hay un riesgo elevado en el caso de las fumadoras ocasionales y moderadas.