Una investigación realizada en Castilla y León revela que la probabilidad de extinción de las poblaciones es diez veces menor cuando existen ejemplares que los científicos llaman 'flotantes'. Estos no tienen un territorio, pero pueden reemplazar a los reproductores asentados en un lugar si encuentran ocasión para ello. La investigación ha utilizado como modelo el pico mediano, un ave que habita en robledales viejos, a través de un seguimiento de 17 años.
En las poblaciones animales existen algunos individuos que los científicos llaman flotantes. Aunque son sexualmente maduros, los flotantes no han adquirido un territorio, pero pueden asentarse en uno e intentar criar en cualquier momento si encuentran una vacante disponible. Una investigación publicada en la revista Proceedings of the Royal Society B: Biological Sciences demuestra que las poblaciones que cuentan con este tipo de individuos tienen una probabilidad de extinción 10 veces menor que las que no los tienen.
Para ello, los investigadores usaron como modelo de estudio las poblaciones de pico mediano (Dendrocopos medius) situadas en robledales viejos de las provincias de León y Palencia. Estos robledales, compuestos por árboles de grandes dimensiones que proveen de alimento a estas aves, presentan una distribución fragmentada y parcheada debido, principalmente, a la historia de manejo humano.
Por eso, “los robledales viejos representan en la actualidad menos del 4% del paisaje y los picos medianos solo ocupan anualmente entre el 15 y el 25% de este tipo de bosques”, explica a DiCYT Hugo Robles, investigador honorífico asociado a la Universidad de Amberes (Bélgica) y que firma el artículo junto con Carlos Ciudad, de la Universidad Politécnica de Madrid.
En estas condiciones, “las poblaciones locales en esos parches de robledal viejo corren un altísimo riesgo de extinción”, así que este caso ofrece una oportunidad perfecta para “estudiar cómo las poblaciones animales son capaces de persistir en ambientes fuertemente fragmentados y degradados por el hombre”.
Mediante múltiples visitas anuales a un centenar de robledales viejos, los investigadores estimaron la ocupación de estos bosques por picos medianos territoriales, la presencia de aves flotantes y las extinciones de las poblaciones locales en cada parche de robledal viejo para cada anualidad entre 2000 y 2016. Los resultados de esta prolongada serie temporal de observaciones se encuentran en el artículo recientemente publicado, que pone en evidencia la importancia de las aves flotantes no territoriales para la persistencia de las poblaciones.
Renovadores de la población reproductora
El hecho de que la probabilidad de extinción se multiplique por 10 cuando no hay individuos flotantes se debe a que “a menudo reemplazan a los reproductores que desaparecen por muerte o dispersión”, señala el experto.
Además, comprobaron que prefieren ocupar los robledales viejos de mayor calidad, “lo que sugiere que los declives poblacionales en ambientes degradados y fragmentados podrían, bajo determinadas circunstancias, deberse a una reducción en la cantidad de flotantes capaces de renovar la población reproductora cuando esta va desapareciendo”.
Este nuevo hallazgo es muy relevante porque “las estrategias de conservación tradicionales, basadas en la protección de las áreas de cría sin considerar las áreas de ocupación de los flotantes, pueden estar abocadas al fracaso debido a la escasez de flotantes no territoriales capaces de renovar a los reproductores territoriales que desaparecen”, apunta Hugo Robles.
Un buen indicador ambiental
Los científicos consideran que el pico mediano es un buen indicador de la calidad ambiental de los bosques templados de hoja caduca, de manera que resulta útil para investigar cómo el cambio global inducido por el ser humano está actuando sobre las poblaciones en forma de fragmentación y destrucción del hábitat, cambio climático y otras alteraciones.
Dentro de esta línea, los autores del estudio pretenden seguir analizando cómo los flotantes son capaces de persistir en ambientes antrópicos. Para ello estudian la supervivencia de estas aves a través de ejemplares anillados que intentan observar cada año.
Asimismo, “puesto que los flotantes son individuos con cierta movilidad que promueven la renovación poblacional y el flujo génico entre poblaciones, estamos usando técnicas moleculares, bioacústica y telemetría con el fin de examinar sus movimientos en respuesta a la fragmentación y destrucción del hábitat.
Por último, “pretendemos examinar el efecto potencial del cambio climático, y su interacción con los cambios en la estructura del hábitat, sobre la dinámica de las poblaciones a través del examen de la influencia de los cambios en los regímenes de precipitación y temperatura sobre la reproducción y la supervivencia de las aves territoriales y de los flotantes”.
A base de recursos propios
Desarrollar un proyecto científico durante 17 años y publicar un resultado tan relevante tiene aún más mérito porque tanto Hugo Robles como Carlos Ciudad lo han llevado a cabo sin financiación de ningún tipo durante un buen número de años, además de no tener ni siquiera la posibilidad de solicitar financiación en la actualidad al no tener vinculación estable con ninguna institución.
En su opinión, esta situación es un ejemplo del “milagro científico español”, que consiste en “poner dinero de nuestros bolsillos para realizar la investigación y acudir a la caridad familiar para poder sobrevivir”, denuncian, “a la par que situamos a nuestro país en el mapa de la investigación mundial a pesar de que las instituciones españolas nos han abandonado cortando totalmente en los últimos años la escasa financiación que recibimos de manera intermitente al comienzo del estudio”.
Por hacer un símil con su propio trabajo, “es un ejemplo de que la sociedad humana da la espalda a los flotantes cualificados, profesionales bien preparados, con alta movilidad y capaces de reemplazar a los trabajadores que se retiran o con bajo rendimiento, pero sin posibilidades laborales adecuadas a su preparación”. Al igual que en el caso del pico mediano, a medio y largo plazo desaprovechar este potencial afecta a la posibilidad de renovar la población de manera efectiva, “lo que tiene indudables consecuencias negativas para la calidad de vida futura del país que habitamos”, afirman.
Referencia bibliográfica:
Robles H, Ciudad C. 2017. Floaters may buffer the extinction risk of small populations: an empirical assessment. Proc. R. Soc. B 284: 20170074. http://dx.doi.org/10.1098/rspb.2017.0074