Un equipo de investigadores españoles, coordinados desde el Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria (CITA) de Aragón, está desarrollando un material biodegradable para sustituir a los contaminantes plásticos de polietileno que se emplean en agricultura. El nuevo material está fabricado con el almidón de la fécula de patata.
Los plásticos de polietileno se utilizan en agricultura para cubrir los suelos y evitar la aparición de malas hierbas, además de reducir la cantidad de agua de riego. Este material es contaminante y tarda cientos de años en degradarse, por lo que los científicos se esfuerzan en encontrar un sustituto.
El CITA de Aragón está liderando un proyecto de Transmisión de Conocimientos a la Empresa (TRACE) del Ministerio de Ciencia e Innovación (MICINN) para fabricar un biomaterial a partir del almidón de patata que permita sustituir al polietileno, según informa a SINC Carlos Zaragoza, jefe de la Unidad de Sanidad Vegetal del centro aragonés.
En este caso participa una empresa de Utebo (Zaragoza), que ya fabrica plástico biodegradable con el almidón de la fécula de patata para la elaboración de bolsas de plástico y que ahora lo está desarrollando para su uso en agricultura.
En el proyecto, coordinado por la investigadora Alicia Cirujeda del CITA, participa el Servicio de Investigación y Desarrollo Tecnológico (CIDA) de La Rioja, donde se estudia la eficiencia en el riego y el ahorro de agua durante el proceso, así como técnicos del Instituto Técnico y de Gestión (ITG) Agrícola de Navarra, que analizan la viabilidad práctica de los nuevos plásticos.
En la iniciativa, en la que el equipo viene trabajando desde hace meses, también participan investigadores de la Universidad de Castilla-La Mancha en Ciudad Real, que examinan todo lo relacionado con la temperatura, y de Lleida, en Cataluña, que realizan un seguimiento del proceso de degradación de los bioplásticos.
Las propiedades mecánicas y químicas del nuevo material ofrece los mismos factores de protección del cultivo y características favorables que el polietileno, pero no es necesaria su posterior recogida, limpieza y gestión del residuo, que es como se suele trabajar en el campo en el mejor de los casos. Además, el compost originado a partir del bioplástico de patata puede llegar a servir como abono para los cultivos.