Conferencia del catedrático de Astronomía en la Facultad de Ciencias de Zaragoza

Los dos agujeros negros masivos hallados por primera vez en una misma galaxia se acabarán fundiendo

Los dos agujeros negros masivos hallados por primera vez orbitando entre sí en el centro de una misma galaxia se acabarán fundiendo en un mismo agujero, una fusión que provocará la emisión de ondas gravitatorias inmensas. Así lo ha expuesto hoy Juan María Marcaide, catedrático de Astronomía y Astrofísica de la Universidad de Valencia, durante su conferencia en la Facultad de Ciencias de Zaragoza, dentro del ciclo de conferencias Cita con la Ciencia. El experto ha abordado este último descubrimiento en su conferencia titulada Agujeros negros masivos, ante el sorprendente hallazgo publicado la semana pasada en la revista "Nature".

Los dos agujeros negros masivos hallados por primera vez en una misma galaxia se acabarán fundiendo
El profesor Juan María Marcaide, en la sala de Grados de la Facultad de Ciencias de Zaragoza, antes de su conferencia.

Estos agujeros negros se encuentran en órbita, uno alrededor del otro, pero con un periodo de órbita que dura cien años, por lo que se considera que se encuentran muy próximos. El final que ya prevén los expertos es la fusión total dentro de varios cientos de millones de años, aunque como ha matizado el profesor Marcaide no se puede precisar con exactitud dicha unión. En cualquier caso, lo que sí es evidente es que el evento desatará radiaciones intensas así como ondas gravitacionales y dará como resultado un agujero negro aún más grande, tal como ha explicado ante un auditorio entregado en la Sala de Grados de la Facultad de Ciencias.

El profesor invitado ha analizado el hallazgo de los investigadores Todd Boroson y Tod Lauer del Observatorio de Astronomía Óptica Nacional en Tucson (Estados Unidos), quienes han evidenciado que estos dos agujeros negros parecen estar separados entre sí sólo a una décima parte de la distancia de la Tierra a la estrella más cercana. Los autores calculan que orbitan entre sí en ciclos de unos 100 años. “La trascendencia de este descubrimiento es que podría conducir a una mayor comprensión de cómo se forman y evolucionan los agujeros negros masivos en el centro de las galaxias. En cualquier caso, durante los dos próximos años hay que confirmar definitivamente que se trata de un sistema binario de agujeros negros. E indudablemente permitirá medir esa unión entre agujeros negros, un hecho que podrá hacer seguramente nuestra generación o la siguiente”, ha puntualizado el también profesor de investigación en el CSIC y Académico Numerario de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales.

Después de que una galaxia se forma se suele producir la formación de un agujero negro en su centro. Dado que muchas galaxias se encuentran en agrupaciones, las galaxias individuales pueden colisionar entre sí. El misterio es qué les sucede a estos agujeros negros centrales cuando las galaxias colisionan y se fusionan. La teoría predice que orbitarán entre sí y finalmente se unirán en un agujero negro más grande. Se cree que todas las grandes galaxias tienen un agujero negro masivo en su centro y que algunas podrían tener dos o más de ellos, al menos hasta que se fusionan. Los agujeros negros podrían estar tan cercanos que sería imposible verlos. Sin embargo, la luz emitida de sus discos y la galaxia que los contiene debería ser identificable.

El catedrático, formado en varias universidades entre ellas la de Universidad de Zaragoza, ha aludido también a las diferencias entre los agujeros negros estelares y los masivos, y cuya diferencia de tamaño de masa es objetiva: Los estelares tienen entre cinco y diez masas solares y los masivos, en el centro de las galaxias, tienen de cientos a miles de millones de masas solares.
Aproximadamente sólo el 1% de las galaxias tienen un núcleo activo que es más luminoso que el resto de la galaxia entera. Su brillo no está relacionado con procesos estelares ordinarios sino que está alimentado en última instancia por la energía del agujero negro supermasivo que reside en ese núcleo. Estos agujeros negros tienen masas que van desde unos millones a unos miles de millones de masas solares. Sus masas han sido determinadas en más de doscientos casos de modo indirecto, pero sólo en unos pocos casos de modo directo, utilizando la ley de Kepler. Las masas de los agujeros negros en nuestro Centro Galáctico y en la galaxia NGC4258 se conocen de modo directo.

Fuente: Universidad de Zaragoza
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