Los estudiantes universitarios demandan más actividades culturales y de mayor variedad

Ésta es la opinión unánime del alumnado y quienes se dedican a la gestión cultural de las universidades vascas. Una nueva tesis doctoral basada en entrevistas, analiza los modelos de gestión de actividades musicales de la universidad para conocer la interacción entre éstas y los modelos educativos formales y no formales.

Los estudiantes universitarios demandan más actividades culturales y de mayor variedad
La autora de la tesis, María Elena Riaño Galán. Foto: María Elena Riaño Galán.

La autora es María Elena Riaño Galán, titulada superior en Música por el Conservatorio Superior de Música de Madrid, el título de la tesis es La gestión de las actividades musicales en el G-9 en contextos de educación formal y no formal, y los directores de la misma han sido Maravillas Díaz Gómez y Gotzon Ibarretxe Txakartegi, del departamento de Didáctica de la Expresión Musical, Plástica y Corporal de la Escuela Universitaria de Magisterio de Bilbao (UPV/EHU).

Para la realización de la tesis, María Elena Riaño ha colaborado con las universidades que conforman el G-9 (Cantabria, Castilla la Mancha, Extremadura, Illes Balears, La Rioja, Navarra, Oviedo, País Vasco y Zaragoza).

El objetivo de este trabajo ha sido conocer los modelos de gestión y organización de las actividades musicales llevadas a cabo por los Vicerrectorados de Extensión Universitaria de las Universidades españolas anteriormente citadas. Todas ellas firmaron en 1997 un Convenio Marco de Colaboración que sigue vigente hoy día.

María Elena Riaño ha utilizado fuentes documentales (memorias de actividades musicales y archivos), ha entrevistado a 20 representantes de los vicerrectorados y responsables de la gestión cultural y musical de las Universidades, y ha realizado encuestas a 196 estudiantes participantes de las actividades musicales organizadas en las Universidades.

Formación integral de las personas

Entre las personas entrevistadas existe una opinión unánime de que las actividades culturales complementan tanto aspectos formativos o profesionales como personales, es decir, que contribuyen a la formación integral de las personas. Asimismo, la investigadora ha concluido que hay una clara relación entre las actividades musicales y la educación formal y no formal, ya que, aparte de las actividades que ofrecen créditos de libre configuración, otras actividades, como los conciertos, favorecen una formación más abierta y flexible, cuya perspectiva se enfoca hacia el aprendizaje continuo y permanente.

Existe la opinión de que la perspectiva de incluir todas las formas de aprendizaje en la Universidad supone un avance importante dentro del proceso de formación permanente de las personas.

El alumnado demanda un mayor número de actividades y de mayor variedad. Aun así, el impacto de las actividades musicales en los participantes ha sido muy positivo, y tanto éstos como los responsables de la gestión de las actividades de los Vicerrectorados de Extensión Universitaria conceden una gran importancia a que se oferten actividades culturales y musicales en la Universidad.

Falta de recursos humanos

La gestión de las actividades musicales en las Universidades estudiadas se lleva a cabo de formas muy distintas por varios y diferentes motivos: estructura organizativa de cada Universidad, políticas de gestión, escasas dotaciones presupuestarias, infraestructuras, falta de recursos y personal cualificado, etc. A eso hay que añadir que la figura de Técnico en Gestión Cultural solamente existe en dos de las nueve Universidades. La dirección de actividades culturales la asume el personal docente e investigador de la Universidad, lo que supone un trabajo excesivo. Una de las consecuencias de ello se refleja en las grandes diferencias de programación de las actividades musicales de las Universidades, incluso entre distintos campus de una misma Universidad.

De acuerdo con esta realidad, tanto los responsables de la gestión de actividades como los alumnos participantes demandan más recursos humanos y materiales que mejoren la infraestructura necesaria para llevar a cabo una mejor gestión cultural y musical.

Además, no existen memorias de actividades musicales y culturales en todas las Universidades del G-9, lo cual indica que la actividad programada por las Universidades no siempre queda recogida y, mucho menos, publicada. Por otro lado, no se realizan estudios previos a la programación, para conocer los gustos musicales e intereses de formación del alumnado universitario.

Fuente: UPV/EHU
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