Un estudio concluye que la mentalidad conspirativa es particularmente pronunciada en aquellos individuos que se consideran de extrema derecha o extrema izquierda. Los datos se han extraído de dos encuestas realizadas a más de 100.000 personas procedentes de 26 países.
Tras la aparición de sucesos de gran impacto social, como pueden ser ataques terroristas, pandemias globales o elecciones presidenciales, las teorías de corte conspirativo florecen en la red.
Pero, ¿qué es lo que lleva a las personas a creer en que hay un complot orquestado? ¿Existe la ‘mentalidad conspirativa’? ¿Tiene alguna relación directa con la ideología? A todas esas preguntas trata de responder un artículo publicado en la revista Nature Human Behaviour.
Tras analizar las respuestas de más de 100.000 personas, la conclusión es clara: la tendencia a creer en conspiraciones tiene una correlación directa con la identificación de los sujetos en los extremos del espectro político.
Así, las personas que se consideran de extrema izquierda y extrema derecha también son más propensas a creer en teorías de la conspiración, definidas como "la creencia de que un grupo de actores se confabula en secreto para alcanzar un oscuro propósito".
Las teorías de la conspiración han surgido de forma recurrente a lo largo de la historia, en diferentes culturas y grupos de población. La polémica por la llegada del ser humano a la Luna, los atentados de las Torres Gemelas, el amaño de votos durante las elecciones de EE UU en 2020, o las reacciones en contra de la vacunación durante la pandemia son algunos ejemplos de contextos que sirven como caldo de cultivo para estas teorías.
“Para nuestro trabajo hemos recopilado datos de 26 países, en los que preguntamos a los encuestados acerca de su mentalidad conspirativa, su orientación ideológica autodeclarada y su partido político preferido”, explica a SINC Roland Imhoff, de la Universidad Johannes Gutenberg de Mainz (Alemania) y primer firmante del trabajo.
El objetivo de su equipo era explorar una posible relación entre la orientación política y la mentalidad conspirativa. Como fin secundario, también analizaron si la percepción de falta de control político del sujeto (porque su partido político de preferencia no estaba gobernando) influyó en el vínculo entre orientación política y mentalidad conspirativa, debido a lo que en psicología se denomina ‘privación de control’.
El trabajo, según indica en un comunicado el grupo de Investigación ESEIS (Estudios Sociales e Intervención Social), que ha participado en el estudio, “constituye la mayor investigación sobre el tema de la mentalidad conspirativa realizada hasta la fecha, tanto en términos de su tamaño —con alrededor de 100.000 encuestados— como por el hecho de que se realizaron en 26 países diferentes”.
La primera encuesta involucró a 33.431 participantes de 23 países, incluidas naciones no europeas como Brasil e Israel.
En la segunda encuesta participaron 70.882 personas y complementó a la primera con datos adicionales de 13 países europeos. Ambas se realizaron utilizando un cuestionario estandarizado sobre mentalidad conspirativa.
La orientación política de los encuestados se determinó mediante dos métodos: se pidió a los propios encuestados que clasificaran si sus opiniones políticas tendían a la derecha o a la izquierda en una escala; y, además, que declararan sus preferencias en cuanto a partidos políticos. La posición en el espectro izquierda y derecha de los partidos fue identificada por un equipo de expertos internacionales.
En general, los resultados revelaron una correlación entre las opiniones políticas y la tendencia a respaldar las teorías conspirativas.
“Los encuestados situados en los extremos tendían a creer más que el mundo está gobernado por fuerzas secretas que operan en la oscuridad", apuntan los autores.
Asimismo, las dos encuestas muestran que la mentalidad conspirativa es especialmente pronunciada en quienes apoyan a la extrema derecha, sobre todo entre los individuos que votan a partidos tradicionales, nacionalistas y autoritarios.
Los investigadores encontraron algunas diferencias entre países. Mientras que en Europa central y occidental —Bélgica, Alemania, Francia, Países Bajos, Austria, Polonia y Suecia— los partidarios de la derecha política eran más propicios a estas teorías de la conspiración, la mentalidad conspirativa es más prominente en la izquierda política de países del sur de Europa, como Rumanía, España y Hungría.
Por otro lado, suelen ser más aceptadas por los individuos que votan a partidos que no forman parte del gobierno, ya que sus partidarios se ven desprovistos de control político.
Los resultados de ambas encuestas corroboran la opinión del especialista en teorías de la conspiración Joseph Uscinski, profesor de la Universidad de Miami People, de que “las teorías de la conspiración son para los perdedores”.
Sin embargo, para Imhoff, aunque la relación “en forma de U” entre la orientación política y la mentalidad conspirativa es sólida, no se observa en todos los países, y tampoco se puede deducir de las encuestas una relación causal entre el fenómeno de la `privación de control´ y la tendencia a creer.
Para el investigador, los partidos que están fuera de la corriente principal y que, por tanto, tienen pocas posibilidades de éxito electoral, tendrían un atractivo especial para las personas con una mentalidad que tiende a la conspiración.
En España se recopilaron datos a través del proyecto Teorías de la conspiración y desinformación dirigido por Estrella Gualda, en el que participó un equipo de expertos de las Universidades de Huelva, Granada y Vigo con motivo de la 5ª Ola del Panel Ciudadano para la Investigación Social en Andalucía del Instituto de Estudios Sociales Avanzados (IESA-CSIC).
Referencia:
R. Imhoff, F. Zimmer et al. "Conspiracy mentality and political orientation across 26 countries". Nature Human Behaviour, 2022.